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Los emigrantes españoles en Australia se sienten discriminados

El sentimiento de discriminación de los emigrantes españoles en Australia con respecto a sus compatriotas residentes en otros países se puso nuevamente de manifiesto en la asamblea convocada el pasado fin de semana por la coordinadora de emigrantes españoles en Nueva Gales del Sur. El principal motivo de este sentimiento es la no aplicación en Australia de una ley de 1973 que establece una reducción del 40% en las tarifas aéreas para los emigrantes en sus desplazamientos a España.En la misma asamblea se resolvió solicitar una vez más mayor atención por parte de la Seguridad Social hacia los emigrantes en Australia, protestar porque al 90% de los residentes aquí no les llegaron a tiempo las papeletas de votación de las recientes elecciones municipales y urgir la nueva ley de Emigración.

Las autoridades diplomáticas españolas no discuten las razones de los emigrantes, pero añaden que tales descuentos se realizan a través de Iberia y que esta compañía no vuela a Australia. Los emigrantes, sin embargo, no dan su brazo a torcer: "No es culpa nuestra que Iberia no vuele aquí. Y la ley no cita a Iberia para nada. 0 sea, que tenemos el mismo derecho a estos descuentos que nuestros compatriotas en Europa o América".

Un colectivo ignorado

Entre los emigrantes se tiene la impresión de que las autoridades de Madrid no prestan atención a esta reivindicación porque piensan que los emigrantes tienen en Australia un alto poder adquisitivo. "En España se piensan que en Australia atamos los perros con longanizas", comentaba hace poco una emigrante que lleva ya unos cuantos años aquí. "Y esto no es verdad. Aquí padecemos la crisis como en todas partes".Algo de ello hay, posiblemente, y también una ignorancia por parte de las autoridades de Madrid de que hay aquí entre 20.000 y 30.000 españoles sedientos de cualquier cosa que les recuerde, o hable de su país.

A pesar de que la mayoría han conseguido un nivel adquisitivo acorde con la riqueza del país, la tremenda distancia a España es un precio difícil de pagar. Por ello los españoles se vuelcan aquí sobre cualquier recién llegado de la Península. Dos delegaciones deportivas que han visitado Sydney últimamente se quedaron asombradas del recibimiento- que les tributaron sus compatriotas: "Nunca hubiéramos podido imaginar nada parecido, y menos en el otro extremo del mundo", comentaron varios de sus componentes.

Por otra parte, y si bien el índice de desempleo entre los hispanohablantes es algo inferior a la media nacional australiana, situada en torno al 12%, los españoles están sintiendo la crisis en propia carne: son numerosos los que han creado pequeños negocios, muchos de los cuales deben hacer milagros para sobrevivir en estos tiempos.

Después de la distancia y la falta de contacto con el país de origen, el otro gran problema de los españoles en Australia es el generacional. Si bien la mayoría de los emigrantes no se han integrado en la sociedad australiana, sus hijos se sienten ahora más australianos que españoles.

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