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Los militares en activo ya no podrán dar clases en la Escuela Nacional de Aeronáutica

Carlos Yárnoz

Los militares en activo del Ejército del Aire ya no podrán ser destinados a la Escuela Nacional de Aeronáutica (ENA) de Salamanca, tras el acuerdo al que llegaron el pasado lunes el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, teniente general Emilio García Conde, y el director general de Aviación Civil, Pedro Tena. El acuerdo se produce después de que, tras registrarse serias divergencias entre el Ministerio y mandos del Ejército, los 50 militares destinados en la ENA abandonaran sus destinos el pasado viernes por orden del Estado Mayor del Ejército del Aire.

Esta misma semana, el Diario Oficial del Ejército del Aire publicará una orden por la que se dispone que los militares que deseen incorporarse a la ENA pasarán a la situación de supernumerarios o tendrán que figurar como excedentes voluntarios, pero nunca como militares en activo. Desde que en 1974 se creó la ENA como Centro de carácter civil dependiente del Ministerio de Transportes, los pilotos militares destinados en la escuela mantenían su situación militar en activo, por lo que no dependían jerárquicamente de las autoridades civiles, sino de sus mandos naturales.Debido a esta situación, también se producía el hecho paradójico de que en la ENA había profesores militares que, sin tener el título o carné civil de vuelo, utilizaban los aviones con matrícula civil, extremo que, en el caso de haberse registrado algún accidente, hubiera ocasionado graves consecuencias legales. Igualmente, y dado que el máximo responsable de la ENA era un militar -el coronel Juan José Aldasoro-, las gestiones presupuestarias se efectuaban en ocasiones de forma prácticamente autónoma.

Por estas y otras razones similares, las actuales autoridades del Ministerio de Transportes decidieron adoptar las medidas correspondientes para que la escuela funcionara como auténtico "centro civil administrativo", según ha explicado el director general de Aviación Civil, Pedro Tena. Hace dos meses, el Ministerio suprimió el reglamento militar interno que estaba vigente en la ENA. Como consecuencia de ello, el coronel Aldasoro presentó la dimisión y abandonó la escuela.

Orden de abandonar la ENA

Tras la dimisión de Aldosoro, y en aplicación de las habituales normas de comportamiento militar, se hizo cargo accidentalmente de la dirección del centro, sin la previa aprobación del Ministerio de Transportes, el mando más antiguo, que era el teniente coronel Luis González. Pocas semanas después, el Ministerio decidió nombrar director interino de la ENA a Celestino Delgado, subdirector general de Control de Transporte Aéreo, razón por la que inmediatamente presentó la dimisión el teniente coronel Luis González. Asimismo, el nombramiento y la dimisión originaron que los 50 militares destinados en la ENA (profesores y mecánicos) abandonaran sus destinos el pasado viernes por orden del Estado Mayor del Ejército del Aire.Paralelamente, en los días anteriores a la orden se produjo una reunión del comité del centro, integrado por civiles, quienes hicieron público un documento sobre las actuaciones de los mandos militares de la ENA. El documento produjo un fuerte malestar entre los militares del centro.

Con el acuerdo alcanzado ahora por el Ministerio de Transportes, los 50 militares que abandonaron la ENA podrán solicitar el regreso al centro, pero ahora en calidad de supernumerarios o, en casos extraordinarios, de excedentes voluntarios. En opinión del director general de Aviación Civil, el teniente general García Conde mantuvo una actitud dialogante con el Ministerio de Transportes y, gracias a ello, se pudo solucionar el conflicto, "originado sobre todo por un problema de sensibilidad y por el papel que, según los pilotos militares, juega el Ejército del Aire en lo relativo al espacio aéreo". Respecto a esta cuestión, el Ejército del Aire entiende que mantiene su competencia sobre la utiliza ción de las aeronaves, así como el control de la circulación aérea.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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