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González, partidario de que un directorio de cinco países dirija la CE a partir de 1996

El presidente del Gobierno, Felipe González, considera que la Comunidad Europea será ingobernable con sus actuales instituciones cuando se produzca la próxima ampliación a nuevos miembros, y apunta por la creación de un directorio de cinco o seis grandes Estados entre los que, asegura, deberá estar España. González, que ha explicado su teoría de directorio en reuniones con otros miembros de su Gobierno y de su partido, se aleja así de la tesis defendida por el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, que ante el Parlamento Europeo ha preconizado una opción más federal para reforzar ese órgano.

La Comisión y la mayoría de los Estados miembros coinciden en, que, después del tratado de Unión Europea aprobado en Maastricht, el próximo gran reto al que deberá hacer frente la CE será el de su ampliación y, para llevarla a cabo con éxito, es indispensable una reforma institucional.

El empeño de González en lograr a través del plan de convergencia que España esté en 1997 entre los países que accedan a la última fase de la Unión Económica y Monetaria (UEM) es atribuible no sólo a razones económicas, sino políticas. "El objetivo es hacer méritos para poder estar asociado a la dirección de la Comunidad", comentó un diplomático.

La cumbre europea de junio en Lisboa y, sobre todo, la de Edimburgo, en diciembre, darán pie a un gran debate entrejos Doce sobre la ampliación que, en una primera etapa, significará el ingreso en la CE, probablemente en 1996, de varios países actualmente integrados en la EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio). Tres de ellos Austria, Suecia y Finlandia- han presentado su candidatura y Suiza ha anunciado que lo hará en breve.

Mantener ministros

El presidente del Gobierno en conversaciones de los dos últimos días con miembros de su Gabinete y los dirigentes del PSOE, Alfonso Guerra y Txiki Benegas, ha llevado a su ánimo que Ios retos del 92 están ya en la espalda" y que el objetivo es 1997. Esto es la aplicación efectiva del plan de convergencia para estar en condiciones de afrontar, cuatro años después, la última fase de la unión económica y monetaria en Europa. En este contexto, el presidente del Gobierno ha manifestado a sus interlocutores que mantendrá a sus ministros hasta el final de la legislatura sin ahorrar elogios a la labor de cada uno de ellos.

En el orden nacional, el jefe del Ejecutivo ha lamentado en estas conversaciones el declive del CDS, al considerar que se ría el partido adecuado para completar mayorías en el supuesto de que el PSOE perdiera la suya.

En todo caso, González ha dado entender que, en el supuesto de que se produjera un descenso notable de su partido, tendría que pensar en un gobierno con los nacionalistas catalanes, "que tendría un coste alto", según se atribuye al presidente del Gobierno.

No obstante, el jefe del Ejecutivo se resiste a plantear esta hipótesis para las elecciones del 1993, ya que ha mostrado a estos interlocutores una seguridad notable respecto a que su partido obtendrá una mayoría "suficiente" que no le obligue a formar un gobierno de coalición. "Los gobiernos de coalición no dan estabilidad", ponen en boca de González.

Precisamente la "estabilidad" y la percepción por parte de la sociedad de que un Gobierno toma decisiones son referencias casi obsesivas del jefe del Ejecutivo.

El presidente del Gobierno ha mostrado en estos análisis recientes una opinión muy crítica respecto a los dirigentes del Partido Popular y, singularmente, sobre su presidente, José María Aznar. González sigue insistiendo en que las diferencias entre su partido y el que dirige Aznar desde la perspectiva electora impide que estos últimos se aproximen "a la posibilidad de ganar unas elecciones". Así las cosas, el Gobierno y el PSOE van a actuar con la tesis de que también obtendrán el Gobierno de la nación.

En los análisis socialistas no se baraja en absoluto la posibilidad de que el Partido Popular pueda gobernar, y prolifera en estos análisis la pésima opinión que tienen sobre el joven equipo que dirige este partido. Así, el jefe del Ejecutivo ha manifestado en el Gobierno y en el partido el mal resultado de la reciente reunión que mantuvo con José María Aznar que, a su juicio, sólo ha servido para apuntalar aún más sus diferencias.

El presidente del Gobierno ha repetido estos días la teoría de que sólo su partido es capaz de articular" políticamente este país al tener representación en todo el territorio y que, al margen de reivindicaciones esporádicas, prima el sentido de "solidaridad interterritorial".

González también ha comen-tado la "incapacidad de futuro" del PartidoPopular de representar una opción de estas características, dada la dispersión en opciones regionales del votó de la derecha. El PSOE concluye que el PP "sólo será un partido único en Castilla y León".

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