El presidente del Parlacen lo considera un antídoto contra el golpismo endémico
El presidente del Parlamento Centroamericano (Parlacen), el guatematelco Roberto Carpio, ha declarado a EL PAÍS que este organismo "es un antídoto contra un golpe de Estado, en una región en la que hasta hace poco se vivía una situación de guerra generalizada". Carpio se encuentra en España, en visita de trabajo, "para explicar lo que es el Parlacen y pedir colaboración técnica y cooperación financiera". En Madrid ha sido recibido por el rey Juan Carlos, altos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y el presidente del Senado, Juan José Laborda.
Roberto Carpio, ex vicepresidente de Guatemala, fue elegido al frente del Parlacen el 28 de octubre de 1991, tras continuos tira y afloja ante la falta de consenso entre los distintos representantes. Desde entonces, el Parlamento ha avanzado con la elaboración de los reglamentos financiero y administrativo y el nombramiento de 12 comisiones de trabajo.
A la espera de tener su sede definitiva en la localidad guatemalteca de Esquipulas, el Parlacen se halla provisionalmente en Ciudad de Guatemala.
En el acto de constitución del Parlamento tomaron posesión de sus cargos 67 diputados, en representación de Guatemala, El Salvador y Honduras. Nicaragua todavía no ha elegido a sus diputados. Costa Rica aún no ha ratificado el tratado constitutivo del Parlamento. "Estamos estableciendo contactos con Panamá y Belice", dice Carpio, "de manera que en 1994 el Parlacen podrá estar consolidado en seis países". "Antes de la integración", añade, "había que alcanzar la paz. Ahora debemos tener la convicción y comprensión de que con una sola voz podremos avanzar".
El presidente del Parlacen considera que el fin de la violencia sólo se podrá alcanzar a través del entendimiento en un Parlamento supranacional, que permita "la democratización de la. educación, la salud y el trabajo".
