El mundo goyesco
Con el título Goya se presenta un ambicioso proyecto expositivo con el que el Ayuntamiento de Zaragoza trata de poner su grano de arena a la España del 92, a la vez de rendir un definitivo homenaje al pintor (Fuendetodos, 1746-Burdeos, 1828).Uno de los méritos de esta muestra reside en haber sabido involucrar a otros espacios testigos de la trayectoria artística y vital del genial pintor aragonés, recreando, en un entorno próximo, un atractivo mundo goyesco, donde, como complemento a las exposiciones, el espectador puede admirar los frescos La gloria y Regina martyrum, en la basílica del Pilar, o los óleos de la Vida de la Virgen en la cartuja del Aula Dei.
En lo que respecta a la selección de las más de medio centenar de pinturas expuestas, a cargo de Julián Gállego, cabe definirla como impecable. Sin prescindir del repaso de la diversa temática, religiosa (San Agustín), retratística (La condesa de Chinchón y Don Manuel Godoy) y costumbrista (Las gigantillas), la selección atiende inexcusablemente a la relación vital y artística de Goya con su tierra, tanto a través de los bocetos de murales y de las obras que realizó en Zaragoza, fundamentalmente de temática religiosa, donde destacan, por su novedad, los bocetos de los frescos del Coreto (1771) y de la cúpula del Pilar (1780), como a través de los retratos de personalidades de la sociedad aragonesa de finales del XVIII.
Goya
Pinturas y grabados. La Lonja. Zaragoza. Hasta el 18 de octubre.
Otro asunto claramente destacado en la muestra es la visión de un Goya íntimo, representada en los retratos de familiares y de sus amistades más cercanas, y en los caprichos de sus obras de pequeño formato.