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Los socialistas rechazan en el Senado todas las propuestas autonómicas del Partido Popular

Luis R. Aizpeolea

El clima de enfrentamiento entre el Gobierno y el Partido Popular (PP), propiciado por la proximidad electoral, quedó reflejado ayer enla sesión final de¡ debate sobre el estado de las autonomías, celebrado en el Senado. El Grupo Parlamentario Socialista, que cuenta con la mayoría en la Cámara, rechazó las seismociones presentadas por el PP y admitió, sin embargo, algunas de las propuestas de los grupos de la oposición, como CiU, PNV, CDS e Izquierda Unida.

La hostilidad entre socialistas y populares también se puso de manifiesto en la suerte que corrieron los dos principales temas de los debates: la Administracion única, propuesta por el PP, y que en su moción cambió por otra denominación, "plan de reordenación funcional de las administraciones", y la corresponsabilidad fiscal, propiciada por el PSOE. La primera fue rechazada por los socialistas, pero contó con el respaldo de los demás grupos. En cuanto a la corresponsabilidad fiscal, salió aprobada con el apoyo de todos los grupos y la única excepción del PP.Ni socialistas ni populares hicieron ningún esfuerzo de aproximación como consecuencia del duro enfrentamiento sostenido la víspera entre el ministro para las Administraciones Públicas, Juan Manuel Eguiagaray, y el portavoz del PP, Alberto Ruiz-Gallardón.

Jaime Barreiro, portavoz del PSOE, justificó el rechazo de las mociones del PP porque "ponen condiciones previas que impiden el consenso". Las mociones se referían a la regulación del régimen de autogobierno de Ceuta y Melilla, la descentralización de competencias de las comunidades autónomas a los municipios, la Administración única y la proposición de proyectos de ley sobre haciendas locales y Fondo de Compensación Interterritorial.

Los socialistas admitieron algunas mociones del resto de los grupos de la oposición, pero sin hacer concesiones importantes. A CiU le admitieron una moción sobre la simplificación de la Administración periférica del Estado y otras dos sobre utilización del bilingüismo en las campanas informativas del Gobierno en las comunidades.

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Las dos mociones aceptadas por el PSOE al PNV fueron más discretas aún: un compromiso del Gobierno para que se celebre anualmente el debate sobre el estado de las autonomías y la presentación de un informe sobre la estructura de la Administración periférica del Estado.

Las mociones nacionalistas de mayor calado, como la supresión de la figura de los gobernadores civiles y las reivindicaciones de mayor poder autonómico, fueron rechazadas.

El CDS consiguió que el PSOE le admitiera dos mociones: la coordinación con el Gobierno de los viajes al exterior de presidentes y altos cargos autonómicos y la descentralización de las comunidades en favor de los municipios.

Uno de los compromisos más importantes que contrajo el Gobierno fue a propuesta de IU y consistió en abrir, en breve plazo, al consenso de todas las fuerzas políticas la consecución de un estatuto para Ceuta y Melilla. El propio ministro para las Administraciones Públicas, Juan Manuel Eguiagaray, lo destacó en el balance que hizo del debate.

Las 13 mociones que presentó el Grupo Socialista y que fueron aprobadas van en la línea del diseño autonómico del Gobierno para los años noventa: cooperación entre las autonomías, descentralización de competencias de las comunidades autónomas a los municipios, simplificación de la Administración periférica del Estado y corresponsabilidad fiscal entre las autonomías.

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