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Reportaje:

Tarascadas al poder crepuscular de Mitterrand

Un semanario ultraderechista revela la vida sentimental secreta del presidente francés en Paris

La campaña electoral francesa ha entrado en la fase de los mordiscos al cuello. El semanario ultraderechista Minute publicó ayer un reportaje titulado: "Exclusiva, el domicilio secreto de Mitterrand. Para ver clandestinamente a la mujer de su vida, vive escondido en pleno París". La historia de la relación del presidente socialista con una dama que reside en el Quai Branly era conocida en todas las redacciones parisienses pero su publicación por Minute viola la larga tradición francesa de discreción sobre la vida privada de los líderes políticos.No sin tener que sostener un duro pulso con los casi invisibles guardaespaldas presidenciales, los paparazzi de Minute han espiado durante días el número 11 del Quai Branly Alli, aseguran, el presidente tiene un "domicilio secreto", que comparte con Anne P., una dama de la alta burguesía especialista en historia del arte. El semanario ultraderechista afirma que esta relación comenzó hace dos décadas y publica fotos borrosas del presidente y la señora saliendo del Quai Branly.

La actual campaña está siendo fértil en revelaciones. Comenzó con la noticia del préstamo sin intereses de 20 millones de pesetas concedido por un empresario corrupto a Pierre, Bérégovoy. El primer ministro socialista asegura que devolvió ese préstamo en forma de muebles y libros, pero no ha podido aportar pruebas documentales. Aunque no haya podido encontrarse nada ¡legal en ese asunto, la reputación de honestidad de Bérosgovoy ha sufrido un rudo golpe. Y esta historia no ha terminado. La pasada semana, alguien robó en la caja fuerte ole la Asamblea Nacional la declaración de patrimonio de Bérégovoy. Cualquiera de estos días puede ser publicada por la prensa.

Al diario Liberatión han ido llegando en los últimos días documentos que prueban que a mediados de los años ochenta los servicios antiterroristas del Elíseo estuvieron espiando a periodistas, políticos, abogados y sindicalistas. La única explicación que se ha encontrado al hecho de que entre los espiados se encuentre Carole Bouquet es la amistad que unió a la actriz con Jacques Attali, entonces consejero del Elíseo.

Mitterrand y sus principales colaboradores son las principales víctimas de estas tarascadas. Y ello por la sencilla razón de que, tras 12 años en el poder, una gran mayoría de ciudadanos desean verlos derrotados y enfangados. El pasado lunes, Michel Rocard lo dijo con toda crudeza: "Muchos franceses", afirmó, "tienen una cuenta personal que arreglar con Mitterrand. Eso se nos viene encima a todos los socialistas, aunque muchos de nosotros no tengamos la culpa". Ayer, en Le Figaro, Rocard siguió en esa línea: "La animosidad de los franceses hacia Mitterrand es una de las cosas que salen cada vez que se les pregunta sobre sus intenciones de voto".

Otro escándalo que anima la fase final de la campaña es la masiva colocación en embajadas o altos puestos de la Administración de dirigentes socialistas que pronto se van a quedar sin escaño o cartera ministerial. Al lado de estos asuntos protagonizados por el agonizante mitterrandismo, las revelaciones sobre los escándalos del yerno del alcalde derechista de Lyón o los violentos incidentes protagonizados por los matones de Le Pen apasionan mucho menos a los franceses.

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