La pelota sonríe en Inglaterra
Silban nuevos vientos en la Premier League. Por primera vez en muchos años el campeonato inglés está dominado por los equipos que mejor juegan al fútbol: Manchester United, Newcastle y Liverpool. Nada que ver con los tiempos más tenebrosos del Blackbum Rovers, Arsenal, Everton y Leeds, abarrotando los primeros puestos y las finales de Copa locales y europeas con su fútbol huesudo y trompicado. Los tres clubes que aún aspiran a ganar la Liga tienen un nexo en común: aglutinan a los mejores futbolistas de la isla. Y dos de ellos, Manchester y Livepool, se clasificaron ayer para disputar la final de Copa. Los tres suman hombres como Giggs, Cantona, Beardsley, Ginola, Barnes, McManamann y Fowler. Siete tipos refinados, de gran intuición y toque de terciopelo. Siete hombres que reconocen a la pelota como el ombligo de este juego.El fútbol inglés empieza a pulir su estilo jurásico y, al contrario que hasta ahora, cualquiera de los futbolistas citados podía ser exportado con garantías a otras ligas continentales. Y no son los únicos. El georgiano Kinkladze (Manchester City) -sólo Giggs le discute la mejor zurda-, el brasileño Juninho (Middlesbrough), el holandés Bergkamp (Arsenal), el inglés Shearer (Blackbum), el ghanés Yeboah (Leeds) y el yugoslavo Milosevic (Aston Villa), entre otros, también podrían cruzar el Canal. Europa ya puede rastrear Inglaterra. Quizá así borre de su memoria los fracasos de Hateley y Wilkins en el Milan; Rush, en el Juventus; Platt, en el Juventus y el Sampdoria; Hughes, en el Barça y Bayern...
El Liverpool siempre ha sido el equipo menos inglés de Inglaterra. Su escuela es la más sutil y ahora florece de nuevo con jóvenes como Fowler -esmirriado y desgarbado como Romario y tan letal como Raúl-, McManamann y Rednapk. Al estilo Anfield se acercan poco a poco Manchester, United y Newcastle. El primero también ha invertido en la cantera y exhibe una semilla interesante (Beckhm, Butt, Scholes, Gary Neville). El Newcastle nada en dinero. De su crédito han llegado al equipo de Kevin Keegap jugadores como Ginola, Asprilla, Ferdinand y Beardsley. El resultado ha sido un equipo enormemente ofensivo, como sus dos rivales. Y la hinchada británica asiste entusiasmada no sólo a la batalla por el título; se frota los ojos cada semana por tanta belleza. Y hasta ruge con enfado cuando de vez en cuando -más de lo que sería ideal- los centrales continúan aferrados al pasado y apuñalan los partidos con un sinfín de pelotazos. Algo está cambiando.