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Tribuna
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La mejor cara del Mallorca

Llevaba toda la temporada encerrado en el cuarto oscuro, venga a darse cabezazos con las paredes. En Mallorca no se hablaba de fútbol. Se hablaba de fichajes, de ceses, de millones, de la tele, del himno del equipo, de los pendientes de un jugador. Y del doctor Beltrán, su presidente. Intentó éste levantar al equipo creando un extraño espectáculo a su alrededor. Mal asunto. Alguien debió aconsejarle que cambiara de táctica. Y el doctor, con magnífico criterio, se recetó a sí mismo calma. Desde aquel día, el equipo las da todas. Y en Mallorca se habla, exclusivamente, de fútbol.Hubo una racha en la que el banquillo no paraba de recibir inquilinos. Pero ninguno hacía hogar allí. Llegaron Víctor Muñoz y Pichi Alonso, dos históricos de nuestro fútbol más reciente, y lo consiguieron. El doctor acertó de pleno. Diez partidos llevan al mando del grupo y al grupo se le ha olvidado perder. El Mallorca ha comenzado a demostrar que es lo que es, el equipo con más posibles de la categoría. El espectáculo ahora está en su fútbol, no en su palco. Su escalada le ha llevado a la promoción que es donde, como poco, debe estar.

Y allí está también, pese a todo, el Leganés. Pedirle a un equipo de su condición que no le afecten las bajas parece excesivo. El sábado se quedó sin tres titulares indiscutibles. Y lo pagó, por supuesto. Pero su mérito es inacabable. El Leganés lleva tiempo volando y sin mirarse al espejo. Sueña, pero no presume. Así duelen menos las derrotas.Sucedió que, el sábado, su vecino le maltrató sin compasión. La culpa la tuvo Goran Stojilkovic, al que deberían ir buscando un mote. Más que nada por falicitar la complicada tarea de escribir, y sobre todo leer, su apellido. Al serbio le salió un partido inmenso, perfecto en todos los terrenos. El Getafe apenas tendrá que abonar 17 millones al Estrella Roja para hacerse con su fichaje en propiedad. Sólo la palabra chollo consigue definir el asunto.

Volvía Luis Ángel Duque a la que fue su casa durante muchos años. Su respeto hacia el pasado le llevó a no comparecer en rueda de prensa ante los periodistas, "porque" dijo "no soy capaz de sentarme en esa silla como entrenador del equipo contrario". Le pudieron los sentimientos, lo que no le ocurrió al espectador que lanzó un objeto, con enorme puntería, contra él, demostrando un peculiar sentido del agradecimiento hacia el técnico que llevó al Leganés, por primera vez en su historia, a la Segunda división.

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