Los humanos son más propensos que otras especies a cometer errores de apreciación
Los seres humanos son más propensos que otras especies a cometer errores en la evaluación de probabilidades y se equivocan por tanto en las predicciones y en la percepción de los riesgos. Esto se debe a que a menudo ignoran la información relevante en favor de la menos relevante, lo que les lleva a cometer lo que se denomina error básico de apreciación, según un experimento realizado recientemente en la universidad de California y publicado en la revista especializada Nature.Por ejemplo, un taxi atropella a alguien en una ciudad donde las tres cuartas partes de los taxis son azules y el resto verdes.Un testigo cree que el taxi del accidente era verde y se sabe que este testigo identifica los taxis verdes bien un 75% de las veces. ¿De qué color era el taxi, con probabilidad mayor? La respuesta "verde" indica que se ha cometido el error citado, al tener en cuenta más la alta probabilidad de que el testigo no se equivoque que el hecho de que mayor parte de los taxis son azules.
La causa de que se cometan estos errores es lo que han investigado los psicólogos estadounidenses. En un experimento, los voluntarios que se prestaron a esta curiosa experiencia fueron preguntados sobre su predicción de la respuesta "verde" o "azul". "Verde" era la respuesta correcta a 67 preguntas de 100 hechas y "azul" al resto. Sin embargo, los voluntarios no lo sabían y se presentaron 50 tarjetas de cada color. La verde predecía un 67% de probabilidad de que la respuesta fuera ese color y la azul sólo un 33% de probabilidad de que fuera ese color.
Efectivamente, las respuestas tuvieron más en cuenta el color de la tarjeta que la probabilidad que representaban. Para evitar una posible propensión adquirida a asociar colores se hizo la misma prueba con tarjetas con una raya vertical u horizontal. Entonces las respuestas se ajustaron más a las probabilidades que representaba cada tarjeta, lo que indica que este error se debe en gran parte a tendencias adquiridas y se demuestra porque otras especies, como las palomas, no lo cometen. Nature News Service.
