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Entrevista:

"La mejor forma de sentarse es estar de pie"

Cuando el primer día de curso Antonio Bustamante preguntó a sus alumnos -una veintena- de tercer curso de Arquitectura si sabían lo que era la ergonomía, sólo uno no tenía ni idea. Pero el resto fue incapaz de explicar lo que encierra este concepto, que según el director del Instituto Universitario de Arquitectura de Ginebra, Riccardo Mariani, debe permitir al hombre vivir en paz consigo mismoBustamante, arquitecto barcelonés de 50 años -una buena parte pasados en las Naciones Unidas en Ginebra- y autor del libro Diseño ergonómico en la prevención de la enfermedad laboral, participa en un proyecto único en Europa y probablemente en el mundo: enseñar la ergonomía en la carrera de Arquitectura como una asignatura más.

Pregunta. ¿Cómo nos sentamos los humanos?

Respuesta. Desde Neanderthal hasta, hace relativamente poco, bien. Lo grave es cuando la silla se convirtió en objeto ornamental para dar rango, y cuando se utiliza muchas horas al día. Una postura patógena mantenida poco rato no es grave, pero sí lo es cuando se repite durante mucho tiempo. Con la revolución industrial, y especialmente en el sector terciario, muchas personas permanecen en posición patógena durante muchas horas.

P. ¿Cuál es entonces la mejor forma de sentarse?

R. Estar de pie. El cuerpo humano está hecho para andar con la cabeza alta y erguido. Cuando se cansa tiene que descansar, y para ello habría que fijarse en un crio pequeño, que está en una etapa preneolítica -cuando el hombre descubre la silla-, cómo descansa y cómo se tira por el suelo. Hay que cambiar de postura de vez en cuando, porque si se mantiene mucho tiempo, además de ser aburrido, se convierte en patógena.

P. ¿Qué es la ergonomía?

R. La optimización de la actividad del hombre, y no sólo en el trabajo. También en el ocio hay ergonomía. En el caso del tenis, por ejemplo, la raqueta es el útil y el jugador el usuario. Hay que tratar de hacer una raqueta que no maltrate al jugador.

P. ¿Entonces la ergonomía es todo ... ?

R. No es todo, pero tiene que ver con todo. Es tan global que no hace falta una especialización. Hay que ser Sherlock Holmes, que llega donde quiere reconociéndose a sí mismo ignorante de un montón de cosas. Pero sabe preguntar con pertinencia. No se puede ser médico, ingeniero, arquitecto, diseñador y psicólogo a la vez, pero se puede llegar a, lo coherente y real descartando las incoherencias.

P. ¿Los diseñadores han entendido este mensaje?

R. Como yo soy uno de ellos, tampoco quiero meterme demasiado. Pero es cierto que hay objetos como esos que se llaman sillas que no es que sean patógenos, es que a veces te puedes hasta pinchar con ellos. Incluso ergónomos a los que. yo respeto mucho te dicen que esa silla no la han comprado para sentarse. Sólo se piensa en el usuario cuando a éste le duele la espalda. Te tiene que agredir el objeto para olvidarte de los valores simbólicos.

P. ¿Por qué prefiere denominar vertebrada a la columna en lugar de vertebral, su nombre habitual?

R. Todo el mundo sabe que una columna es un cacharro continuo de arriba abajo, y lo que forma la mal llamada columna vertebral son las vértebras, que constituyen un refuerzo dorsal. Como metáfora se podría llamar columna formada por vértebras, por lo que es vertebrada. Es lo mismo que los mal llamados edificios enfermos. Un edificio enfermo está enfermo, mientras que un edificio patógeno induce a enfermedades. Me parece absolutamente acientífico, y si no llamamos a cada cosa por su, nombre nunca podremos entendemos.

P. Usted es profesor de ergonomía en la Escuela de Arquitectura Universitaria de Ginebra, una de la primeras en el mundo en impartir esta materia. ¿Se puede hablar de la arquitectura ergonómica?

R. Es bastante fácil entender que una silla sea patógena o que te cortes un dedo abriendo una lata de sardinas. Los objetos pequeños suelen ser más agresivos porque te tocan más, pero si el usuario está bien con el aparato u objeto, en este caso la casa ésta es ergonómica. Si en vez de ciudades dormitorio se construyen ciudades donde la gente se pueda relacionar más, se conozca mejor y sea más feliz, el arquitecto se centra en el usuario y hace algo más ergonómico que en otros casos donde el usuario pasa a ocupar un segundo plano.

P. ¿En su libro sugiere que se fabrique un mobiliario prêt-à-porter?

R. Si podemos encontrar ropa de varias tallas para diferentes tamaños de personas, no veo por qué no se puede hacer lo mismo con el mobiliario.

P. ¿Los colegios tienen en cuenta los pupitres ergonómicos?

R. Desde la infancia la gente se encorva haciendo constantemente reverencias al objeto. Los críos menifiestan desde muy temprana edad problemas de hernia discal. Los ministerios de Educación tendrían que tener esto en cuenta, especialmente ahora, que hay mobiliarios baratísimos. Pero incluso si no fueran tan baratos seguro que serían más rentables socialmente. En los colegios de los países nórdicos se mide a los niños en función de su tamaño y necesidades o se les asignan mesas y sillas adecuadas.

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