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Los regantes del Guadalquivir se movilizan contra la falta de inversiones en obras hidráulicas

"Embalses y modernización". Así rezaba la pancarta de diez metros de largo con la que un centenar de miembros de la Federación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Guadalquivir se presentaron ayer en la sede en Sevilla de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Los regantes iniciaron allí un encierro de 24 horas con el que pretenden mostrar su disconformidad a la falta de inversiones en la construcción de embalses y en la mejora de los regadíos. La CHG no dio ayer respuesta pública a estas reivindicaciones.

Los regantes del Guadalquivir repitieron ayer un acto que ya se produjo en el mismo lugar y con las mismas reivindicaciones durante la sequía de 1995. Desde aquel año, según denuncian, la Administración central no ha construido ningún embalse "por falta de voluntad política" y "por una ineficaz, lenta y arbitraria tramitación medioambiental" que ha retrasado en diez años la construcción de embalses como los de Úbeda la Vieja o La Breña II. Este retraso ha originado que Andalucía, en palabras del presidente de la federación de regantes del Guadalquivir, José Fernández, padezca "un grave déficit hídrico, de unos 500 hectómetros cúbicos". "Ante la falta de respuesta de la Administración", los regantes han decidido "el inicio de una nueva campaña de movilizaciones" con la que pretenden denunciar "lo poco, poquísimo que se ha hecho en la cuenca" y la falta de inversiones. Los regadíos del Guadalquivir, que ocupan algo más de 240.000 hectáreas distribuidas por Jaén, Granada, Córdoba, Sevilla y Cádiz, tardarían más de 50 años en ser modernizados, según los cálculos que la federación ha realizado a partir de los 2.500 millones de pesetas que se dedican anualmente a esta labor. Para evitar que las explotaciones se queden sin agua en un año, los regantes reivindican la construcción de los embalses ya proyectados (Arenoso, Úbeda la Vieja, la Esclusa del Guadalquivir y, especialmente, el de La Breña II) y la modernización de las explotaciones de regadío. El presidente de los regantes de la cuenca del Guadalquivir expuso además como tercera vía de solución la realización de algunos trasvases desde otras cuencas hidrográficas. Fernández afirmó, por ello, que "de la cuenca del Guadalquivir no saldrá una gota hacia la del Sur mientras la nuestra no esté convenientemente regulada". El máximo representante de los regantes del Guadalquivir advirtió que, "si no se produce un cambio sustancial en la política de inversión", los regantes tienen previsto organizar una gran movilización en octubre, similar a la que reunió en 1995 a unas 40.000 personas en Sevilla. Esa manifestación se celebraría de nuevo en la capital hispalense, aunque no se descarta la posibilidad de realizarla en Madrid con representación de todas las federaciones regionales de regantes. El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes, Ángel del Campo, que también asistió al acto, espera que haya "algún movimiento de la Administración de aquí a octubre". La Confederación del Gudalquivir, por su parte, cuya comisión de desembalses se reúne hoy, no ofreció ayer ninguna respuesta oficial a las reivindicaciones de los regantes.

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