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CICLISMO: Tour

El caso que nunca fue caso

La inquisición antidopaje no ceja en sus desvelos: cómo un 'no negativo' se convierte en el asunto del día

Rápido pasa el tiempo. Más rápido que un pelotón del Tour camino de Blois. Jueves 8 de julio. 10.15 de la mañana. Sobre el escenario del control de firmas, Jean Stablinski, el legendario ciclista francés de origen silesio, cuenta sin que nadie le escuche cómo ya hace 36 años, en la Vuelta de 1963, en una etapa de 244 kilómetros por él ganada, el pelotón fue a una media superior a los 51 kilómetros por hora. "Y eso que llevábamos un desarrollo de 51/13 , y no el 53/11 que se mueve ahora", precisa Stablinski, ganador de cinco etapas del Tour en los años 60. Batallitas que a pocos interesan. La gente del Tour es más seria. Sólo se preocupa de asuntos importantes. Como el que agita los pulsos de prensa, directores y corredores esta mañana. Un punto más en lo que parece una estrategia de la tensión perfectamente diseñada.

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Aparece en L'Équipe, periódico deportivo francés que pertenece al grupo empresarial dueño del Tour. Bajo la forma de información amable sobre el laboratorio antidopaje y su recién adquirida capacidad para detectar corticoides en la orina de forma infalible (utilizando para sus experimentos todas las orinas recolectadas durante el Tour 98), se desliza un dato en letra pequeña que genera la inquietud: uno de los cuatro corredores controlados tras el prólogo (el ganador, Armstrong, y los sorteados Hamburger, Castelblanco y Beltrán) dio positivo por corticoides.

"Qué extraño", dicen todos de entrada. "Si justamente ayer el Tour informó de que no había ningún positivo en los tres primeros días de carrera". "Sí", responden de otro equipo, "pero hoy nos han enviado un fax diciendo que no había positivos, sí, salvo que el inspector médico de la UCI no afirmara lo contrario en lo concerniente a sustancias de uso restringido". Tate. Los corticoides, un producto de moda en pasadas décadas por sus efectos euforizantes, son una sustancia de uso restringido. Prohibido su uso por vía bucal o en inyecciones intravenosas o intramusculares, sí que se permite, en cambio, su aplicación tópica, por inhalación o en inyecciones intraarticulares (las conocidas infiltraciones a que se someten todos los deportistas alguna vez en su vida), siempre que a la hora de pasar el control el corredor presente un certificado médico justificando su uso terapéutico.

Tras una encuesta entre los equipos afectados, en el Banesto dicen que sí, que Beltrán fue infiltrado la semana pasada, antes de empezar el Tour, para curar una tendinitis rotuliana en la rodilla izquierda. "Sí, pasó control en el prólogo, e hizo constar, aportando el certificado correspondiente, que había recurrido a ese tratamiento, permitido por el reglamento antidopaje del COI, de la UCI y de todas las federaciones", explican en el equipo. "Antes del Tour, ya avisó Verbruggen a los equipos de que este año se buscarían corticoides en la orina, así que hemos extremado el cuidado a la hora de los controles. Antes, por ejemplo, ningún equipo presentaba recetas de uso de corticoides porque no los buscaban".

El corredor jiennense está muy sobresaltado. Acostumbrado al anonimato, de repente, al pie de la escalinata del autobús se encuentra con cámaras, micrófonos y bolígrafos ávidos; le cuentan y no paran los peligros que le acechan; le pintan un panorama negro de protagonista de escándalo. Se ve acosado. Su simpatía personal le empuja a hablar, pero un sentido aguzado de la prudencia le dice que silencio. "No, macho, yo no tengo nada que ver", dice. "Cuando alguien quiere remover la mierda, siempre salpica a todo el mundo".

Poco después de la salida, una voz conocedora del caso avisa: "No hay caso. Dentro de nada, la UCI emitirá un comunicando precisándolo todo". Efectivamente. A primera hora de la tarde, el presidente de la UCI declara a France Presse: "No hay caso. Ha habido corticoides en la orina de un corredor, pero éste ha presentado la receta médica correspondiente". Es un no negativo, que no un positivo. Y unos minutos después, antes que el pelotón, llega a Amiens un comunicado oficial de la UCI: "Contrariamente a lo que ha aparecido hoy en cierta prensa, la UCI desmiente tajantemente que se haya declarado un caso de positividad en los controles".

Jueves 8 de julio de 1999. 17.30 horas. Hace un año justo que se supo que un tal Willy Voet, un masajista belga totalmente desconocido por entonces, había sido detenido en la frontera franco-belga cargado de sustancias dopantes. Nacía el caso Festina. En la televisión francesa, ayer, todo el nuevo equipo Festina era el invitado de honor. El Tour de la renovación sigue paso a paso.

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