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El Consejo de la UE denuncia a Bangemann al tribunal por aceptar un cargo en Telefónica

Xavier Vidal-Folch

Los 15 Gobiernos de la UE decidieron ayer por unanimidad denunciar al comisario Martin Bangemann ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas por haber aceptado un cargo en Telefónica estando aún en el ejercicio de sus funciones en la Comisión como responsable de Telecomunicaciones. El Coperer, que agrupa a los representantes permanentes de los Quince, le acusa de falta leve por incompatibilidades, ya que tomó decisiones en el cargo que afectaron a Telefónica, y pide a los magistrados que le retiren la pensión comunitaria

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La decisión es espectacular por múltiples motivos. Porque afecta directamente al prestigio de la primera multinacional española. Porque a nivel europeo ni siquiera la francesa Edith Cresson, criticada por el Grupo de Sabios y por el Parlamento de Estrasburgo por haber contratado a un dentista amigo suyo ha sido llevada ante el Tribunal. Porque marca un antes y un después en el traslado a las instituciones comunitarias de las obligaciones éticas reconocidas en bastantes legislaciones nacionales. Porque afecta a un liberal alemán (Bangemann fue presidente del FPD entre 1985 y 1987), y fueron los conservadores alemanes y los liberales europeos los más acendrados militantes en la campaña contra las presuntas "mala gestión y corrupción" de los comisarios del equipo Santer, que forzó su dimisión colectiva. Y también porque la decisión la toma el Consejo -en su formato de Comité de Representantes Permanentes- en contra del parecer de la Comisión, que en su penúltimo encuentro validó a desgana la conducta de Bangemann, lo que hunde todavía más el prestigio del Ejecutivo y simboliza quién ha tomado las riendas de la construcción comunitaria: los 15 Gobiernos. Para muestra, la felicitación y "calurosa" bienvenida que los Quince dan a la promesa del próximo presidente, Romano Prodi, de que establecerá un estricto régimen de incompatibilidades para los comisarios tanto durante como después del ejercicio de su mandato.

"Poco ortodoxo"

Todo esto es lo fundamental, en la doble vertiente empresarial e institucional del asunto. Pero hay muchas cosas más interesantes en la decisión de ayer. Por ejemplo, la dinámica con que se adoptó. La sesión -continuación de la celebrada la víspera- empezó con los representantes del Reino Unido, Luxemburgo, Suecia, Dinamarca y Francia dispuestos a dar la batalla contra Bangemann. El alemán se había mostrado el día anterior favorable a un consenso, pero ayer fue mucho más duro con el comisario de su país. Aseguró que tenía instrucciones del canciller Gerhard Schröder de aplicar dureza, porque "Bangemann es un alemán poco ortodoxo". Y ésa fue casi toda la pequeña historia, porque los demás, que anidaban en la tibieza -España entre ellos-, se apuntaron automáticamente al castigo. La decisión indica que, dadas las funciones que ostentaba Bangemann como responsable de Tecnologías de Información y de Telecomunicaciones desde 1994, tenía el deber de "rechazar" el cargo que le ofreció Telefónica y él aceptó, razón por la cual los Quince instan al Tribunal a que juzgue su actitud a la luz del artículo 213 (antiguo 157) del Tratado.

Este artículo establece que "los miembros de la Comisión no podrán, mientras dure su mandato, ejercer ninguna otra actividad profesional, retribuida o no. En el momento de asumir sus funciones, se comprometerán solemnemente a respetar, mientras dure su mandato y aún después de finalizar éste, las obligaciones derivadas de su cargo y, en especial, los deberes de honestidad y discreción, en cuanto a la aceptación, una vez terminado su mandato, de determinadas funciones o beneficios". Si incumplen estos deberes, el Tribunal -a instancia del Consejo o de la propia Comisión- puede imponerles su cese por "falta grave" o la privación de la pensión a la que tengan derecho.

Ausencia de discreción

El Coreper no acusó a Bangemann de falta de "honestidad", sino de ausencia de "discreción". "El deber de discreción que supone su responsabilidad debería haberle conducido a rechazar" el nombramiento, reza literalmente la decisión aprobada ayer. No pide a los jueces su cese, porque ya lo decidieron así ayer unánimemente los representantes permanentes, en procedimiento escrito, cuyo plazo expira esta tarde. Si no hay objeciones, la decisión quedará formalizada hoy, y surtirá efectos hoy mismo. Pero sí solicita, sin mencionarla expresamente, la retirada de la pensión comunitaria. Martin Bangemann podrá incorporarse a Telefónica, aunque se ha comprometido a no intervenir en los asuntos que afecten a la relación de la empresa española con las instituciones comunitarias, uno de los aspectos que justificaron su contratación como asesor adjunto al presidente y miembro del consejo de administración responsable de relaciones institucionales. Su incorporación estaba prevista para el pasado día 1 y se comunicará formalmente al consejo el próximo miércoles, día 21.

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