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Garzón aboga por derogar las medidas excepcionales a detenidos por terrorismo

El magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón se mostró ayer partidario de modificar la Ley de Enjuiciamiento Criminal en lo que se refiere a las situaciones excepcionales establecidas para los detenidos por delitos de terrorismo: la prórroga de 48 horas que permite la ley antes de poner a disposición judicial a un arrestado por ese tipo penal y su incomunicación automática en el momento de la detención. Durante su intervención en la Universidad de Verano Casado del Alisal, de Palencia, Garzón sostuvo la "necesidad de que el poder legislativo tome en cuenta la situación que se vive en España de pacificación aparente de la actividad de la organización terrorista ETA".

"La Ley de Enjuiciamiento Criminal debe ser modificada, derogados estos artículos, con el fin de establecer el mismo régimen, como medio de no facilitar posibles violaciones" de derechos de los detenidos, y "como medio de que no se argumente por parte de los imputados y defensores que por la existencia de esa norma se producen violaciones de derechos fundamentales", adujo.

La práctica ha demostrado, agregó el juez, que las "legislaciones excepcionales o las restrictivas de derechos de los imputados son favorecedoras de situaciones no deseables".

Reconoció que él ha defendido que las "investigaciones de delitos de terrorismo exigían una serie de medidas que no eran necesarias para otros ámbitos de investigación criminal".

No obstante, "abundando más en la preparación técnica y científica de los investigadores, estableciendo una investigación judicial más abierta y describiendo los tipos penales como deben ser y no pensando en una organización determinada, se puede desarrollar esa actuación sin necesidad de esa prórroga de la detención", dijo. En su conferencia, titulada Los derechos humanos. Panorama 50 años después de la Declaración Universal, el magistrado se refirió al "compromiso de estantería" que hay en la sociedad actual respecto a estos derechos, ya que se detecta a un tiempo sensibilización e indiferencia.

Garzón expresó su satisfacción por la creación, en julio de 1998, del Tribunal Penal Internacional pero lamentó que este organismo sea aún "papel mojado", debido a que sólo tres países han ratificado su estatuto y a que probablemente EE UU no lo hará.

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