Urnas a punto
Sólo falta el acto formal de la convocatoria electoral, que hoy llevará a cabo el presidente del Gobierno,José María Aznar, con la firma del decreto de disolución del Congreso y del Senado. Pero las ideas centrales que presidirán la campaña ya han aparecido en el cada vez más dilatado y madrugador periodo de precampaña y puede decirse que son conocidas por el electorado. Las candidaturas están cerradas, sólo a falta de mínimos ajustes.En la cita electoral del 12 de marzo habrá muchas novedades. Por primera vez, Felipe González no encabeza la lista del PSOE por Madrid como candidato a la presidencia, papel que estrena Joaquín Almunia. También es la primera vez que el Partido Popular acude a las urnas desde el poder. El Gobierno encabeza con 10 de sus ministros otras tantas listas provinciales. Al frente de Izquierda Unida, Francisco Frutos sustituye a un Julio Anguita que ha abandonado la liza electoral por motivos de salud.
La ventaja que los sondeos vienen concediendo al PP de forma consistente no es lo bastante amplia como para que el actual Gobierno pueda dar por ganado el encuentro antes de jugarlo. La estabilidad tradicional demostrada por los votantes en varias decenas de elecciones de todo rango -exceptuado el maremoto del 82- y el momento dulce de la economía contribuyen a reforzar los pronósticos favorables al PP. Pero es el propio partido del Gobierno el que no parece tan convencido de ello a la luz de los mensajes radicales con los que se ha lanzado al ruedo, más propios del que está en la oposición que de quien gobierna el país.
Hay novedades en las listas, pero poca renovación política en los dos principales partidos. En el PP hay retiradas largamente anticipadas, como la de Abel Matutes, e imprevistas, como las de Manuel Pimentel o Amalia Gómez. Estrenos absolutos, como el de Josep Piqué por Barcelona, y estrenos locales, como el de Felipe González por Sevilla. La batalla de Andalucía, como la de Cataluña, es especialmente importante para el PP, que necesita sumar diputados en dos comunidades que aportan muchos diputados y en las que cosecha resultados mediocres. También es significativa la de Bilbao, donde Jaime Mayor Oreja ha ido a buscar el cara a cara con el candidato del PNV, Iñaki Anasagasti. CiU estrena también cabecera de lista con Xavier Trias, actual consejero de la presidencia de la Generalitat.
Aún queda alguna incógnita, como el destino de Josep Borrell, y algún aterrizaje incierto, como el de Rafael Arias-Salgado, todavía sin puesto asignado. La elaboración de las listas suele ser ocasión de cobro de no pocas facturas políticas. Dos estrechos colaboradores de Borrell, Manuel Escudero y Cristina Narbona, han quedado descolgados. Algunos notables socialistas, como Francisco Vázquez y Juan Alberto Belloch, han sido desplazados hacia las candidaturas políticamente menos relevantes del Senado por el nuevo régimen de incompatibilidades del partido.
Es en las elecciones a la Cámara alta donde se plantea un envite especialmente significativo con la candidatura Entesa Catalana Progresista, que agrupa a todas las fuerzas de izquierda catalanas: los socialistas, los ex comunistas de Iniciativa per Catalunya ahora convertidos en ecosocialistas y los independentistas de Esquerra Republicana. Para el PP, esta candidatura es la demostración del "barullo" que tiene el PSOE en sus relaciones con los nacionalistas, mientras que para su principal impulsor, Pasqual Maragall, es la ocasión y el instrumento para avanzar en la reforma del Senado y en la federalización del Estado.
