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Reportaje:LITERATURA POPULAR | RAÍCES

Quien no va a la aceituna, no se enamora (1)

La recolección de la aceituna tiene en Andalucía dos modos principales: el verdeo y la almazara, que es como decir el paladar y la fragancia, la exquisitez menuda y la enjundia culinaria. El primero ya se hizo por los meses de septiembre y octubre, y es más occidental que oriental, con parada obligatoria en la constelación que otras veces hemos llamado las siete estrellas del olivar: Arahal, Paradas, Morón, Utrera, Carmona, Los Alcores (Mairena, El Viso) y Alcalá de Guadaira; según se dice, la espléndida campiña que puede divisarse desde lo alto de la Giralda, mirando hacia el Este, territorio inigualable de la manzanilla y la gordal de mesa.

El segundo procedimiento, a partir de la aceituna negra, madura, (aquella que el inefable comisario Fischler se llevó a la boca cogiéndola directamente del árbol, para demostrar lo mucho que entendía del asunto), todavía se está haciendo, y es más oriental que occidental. El folclore que se desenvuelve en una y otra campaña es, sin embargo, muy homogéneo, y está asociado a las coplas que manan de las ligazones amorosas que se fraguan, o se quedan en puro deseo, gracias a ese encuentro temporal de hombres y mujeres, a campo abierto y noches de gañanía. Esto último ya casi no existe, pues hoy los aceituneros vuelven a sus casas con el anochecer. Pero fue el foco de la tertulia campesina, transmisora secular de tradiciones, chascarrillos, cuentos mil y picardías sin cuento. Sin ellas, ni Fernán Caballero se hubiera enterado de nada de lo que es Andalucía, por Bornos o Dos Hermanas, ni don Juan Valera en Cabra, ni Pedro Antonio de Alarcón en Guadix, ni tantos otros oidores de alcurnia.

'Recogiendo aceitunas / se hacen las bodas. / Quien no va a la aceituna, / no se enamora', se oye -se oía- de una punta a la otra del olivar andaluz. Mas, por intentar aproximarnos a esa geografía dual que contiene todo lo folclórico y lo lingüístico en nuestra comunidad, haremos un recorrido imaginario, aunque somero, de levante a poniente, como es natural. Hoy, este anticipo de Jaén: 'Levántate, morenita / a la aceituna temprano, / a darle los buenos días / al airecico solano'.

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