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Schröder critica 'la prisa' de Aznar para debatir la financiación regional

Los socialistas guardan silencio sobre la propuesta federalista alemana

'Hasta 2006, se hará lo que se dijo en Niza y luego se seguirá. No veo por qué se ha creado tanta agitación en torno a este tema', dijo ayer Schröder en la conferencia de prensa inaugural del V Congreso del Partido de los Socialistas Europeos (PSE). 'No creo que pueda decirse que España esté en contra de la ampliación, porque todos acordamos en Niza llevarla a cabo', añadió, respondiendo a una pregunta directa sobre el tema.

Los ecos del enfrentamiento que el ministro español de Exteriores, Josep Piqué, y su colega alemán, Joschka Fischer, mantuvieron durante el fin de semana en Nyköping (Suecia) se prolongaron ayer en Berlín, donde la equivalencia aproximada entre las cifras que expresan la contribución neta alemana a la UE, el ingreso neto que España obtiene de la Unión y las inversiones totales anuales españolas en el extranjero siguen levantando ampollas. Aquí se recuerda todavía el malestar causado por Aznar cuando visitó la capital alemana el pasado mes de enero invitado por el grupo editorial Bertelsman al afirmar que Europa tiene que empezar a pensar qué hacer con el dinero que le sobra.

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Schröder abrió la conferencia con un discurso discreto, como si no quisiera realzar demasiado el éxito de haber impulsado decisivamente el debate sobre el futuro institucional de Europa. El canciller pidió ayer a sus colegas socialdemócratas que respondan con otras iniciativas a su propuesta federal, durante una intervención en la que evitó mencionar los detalles más conflictivos de su documento, como la larga transición para los trabajadores de los nuevos miembros o la nacionalización de las políticas de cohesión y agrícola. También destacó que 'la Europa de hoy no es el reflejo de ninguna hegemonía'.

Resulta evidente, en cualquier caso, que la iniciativa de Schröder, por su contenido y por el modo de su presentación, ha irritado a otros dirigentes socialdemócratas. El primer ministro francés, Lionel Jospin, descargó ayer esa irritación con la prensa, que no consiguió sacarle la más mínima opinión sobre el documento alemán. El debate ha comenzado, vino a decir, pero no se cierra hasta 2004, así que considera que no tiene por qué dar una opinión ahora.

Tony Blair, en campaña electoral, es el único ausente en Berlín de los 10 pimeros ministros socialdemócratas que hay en la UE. A su ministro de Exteriores, Robin Cook, por exigencias de la misma cita con las urnas y aunque paradójicamente será elegido hoy presidente del PSE, tampoco le interesa hablar de Europa. En estas condiciones, no hay duda de que la propuesta federalista de Schröder no se discutirá en Berlín. En realidad, hace sólo seis meses ninguno de los Quince mostraba ningún interés por abrir ese debate, salvo Alemania.

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