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Columna
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Obispos

Los Obispos del Sur defienden la enseñanza privada concertada. Nada que objetar. La enseñanza privada concertada es, sobre todo, la enseñanza de colegios religiosos y es natural que los obispos los defiendan. Los padres envían a sus hijos a colegios privados que, sin embargo, no cuestan lo que costaban los colegios privados porque se benefician del sistema que las leyes de la reforma educativa de los ochenta pusieron en marcha para que pudiera ser financiada la enseñanza de los centros privados.

Esos centros, al ser financiados con dinero público, no pasan a llamarse públicos, sino que adquieren categoría de concertados, pero privados y objeto de deseo de los padres que no quieren enviar a sus hijos a centros públicos. Pero no hay plazas para todos y sería bueno saber si todos cumplen estrictamente los requisitos para que los niños sean admitidos y si no saber por qué son admitidos unos niños sí y otros no. Pero sobre todo cabe preguntarse para quién van a quedar los colegios públicos si los padres quieren enviar a sus hijos a colegios privados, mantenidos con dinero público. ¿Cuando a los colegios públicos sólo vayan los hijos de los padres que no tienen acceso a los colegios privados, pagados con dinero público, qué pasará con los colegios públicos? ¿quedará dinero para los públicos cuando la mayor parte vaya a la ampliación de las plazas y, ya puestos, los edificios de los colegios privados concertados? ¿Dónde nos llevará la debilitación de la escuela pública?

Los obispos lo tienen claro, lo mejor es que la financiación pública de la enseñanza en los centros privados religiosos aumente. Lo mejor para la enseñanza privada, que sigue disfrutando de los privilegios de ser privada, aunque el dinero que la mantiene es público. Los obispos quieren más, y acusan a la Junta de Andalucía de 'coartar la libertad de los padres de elegir el tipo de educación que desean para sus hijos'. Eso, antes, se hacía pagando. Ahora no, pero los obispos todavía no están conformes, quieren más, pase lo que pase con los niños que ellos y todos sabemos, nunca tendrán la oportunidad de entrar en un colegio concertado, es decir, privado, a pesar de financiarse con dinero público.

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