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LOS VALORES DE LOS VALENCIANOS

Cae el sentimiento españolista y crece la desconfianza en los partidos

La identidad colectiva como valor está marcada por dos rasgos crecientes en el último lustro: el aumento del 'localismo', vinculado al municipalismo, por encima de cualquier otra concepción identitaria autonómica o nacional. El 37% de los encuestados afirma pertenecer 'en primer lugar a la localidad en la que vive', mientras que en 1995 este sentimiento sólo era compartido por el 31% de la población valenciana. El sentimiento de la identidad local experimenta, pues, un crecimiento de 6 puntos, exactamente igual al de la 'identidad dual', de quienes afirman sentirse 'tan valencianos como españoles', lo que abarca al 49% del espectro social; mientras que hace cinco años sólo lo afirmaban el 41% de los valencianos. 'Este incremento de la identidad dual se ha producido', en opinión del profesor Ariño, 'a costa de la definición en términos de un españolismo excluyente'.

También crece la preferencia por el aumento de los niveles de autogobierno de la Comunidad Valenciana. El 54% de los encuestados hoy se muestra autonomista, pero también coexiste otro 28% que, sin dejar de serlo, apuesta en la actualidad por 'aumentar los niveles de competencias político-administrativas' y por 'profundizar en la autonomía y el autogobierno'. Sólo un 2,4% (prácticamente el mismo 2,6% que lo hacía en 1995) se declara 'sólo valenciano'. Y lo mismo ocurre con la afirmación de quienes se sienten más 'valencianos que españoles', que incluso retrocede del 16,3% de hace cinco años al 15,1% actual. En general, el 34% de la población se define 'más bien valencianoparlante' y otro 56% 'más bien castellano parlante'. El bilingüismo es la opción menos consolidada y se reduce al 10% de la población.

Respecto a la cuestión de qué agente o agentes sociales deben ser los impulsores de los cambios, se aprecia una crisis de confianza tanto en los partidos políticos como en los líderes religiosos (el 72% y 74% opina que los religiosos no deberían tener influencia en el voto de la gente ni en las decisiones de gobierno). En general, la sociedad valenciana muestra un elevado grado de satisfacción con el desarrollo de la democracia, por un lado, pero también revela 'un escaso interés por la política, una pérdida del atractivo de los modelos de participación tradicionales y una desconfianza profunda en los partidos políticos', subrayan los autores del estudio, que cifran en esta pérdida de interés el crecimiento de otras formas de participación como las organizaciones cívicas.

Hacia el centro político

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La encuesta refleja que 'la estructura ideológica del electorado valenciano sigue ubicada en el centro izquierda, al tiempo que apuesta por el reformismo y la moderación, con un ligero desplazamiento hacia el centro político'. En suma, concluye el estudio, sigue habiendo una mayoría de población que se define de centro izquierda, pero en el contexto de una clara tendencia a la moderación y al reformismo.

'Dadas las diferentes posiciones que mantienen los partidos políticos con respecto a la política autonómica y al tratamiento que conviene darle a las reivindicaciones autonomistas e identitarias' -precisan García Ferrando y Ariño- , se consideró de interés conocer las preferencias electorales de la población valenciana tal como queda segmentada por dos variables que muestran tener una capacidad de discriminación importante entre los encuestados: el lugar de nacimiento y la lengua. Bajo esta óptica, el partido más votado si hubiese elecciones al día siguiente de la encuesta (principios de julio de 2000) sería el PP (con un 37,8% de voto de los encuestados nacidos en la Comunidad y un 34% de los que proceden de otra), seguido del PSOE (un 20,6% de electorado valenciano y un 19,0%, que no lo es). Izquierda Unida aumenta su preferencia entre los votantes no nacidos en la Comunidad (un 8,1%) mientras que sólo un 6,1% de los nacidos afirma que la votaría. Los Verdes tendrían un 2,9% de votos procedentes de los nacidos aquí, mientras que sólo un 1,9% de los procedentes de otras autonomías. El Bloc centra su elector en el espectro puramente valenciano (un 2,6%) mientras que sólo le votaría un 0,3% del elector procedente de otra comunidad. Unión Valenciana, por su parte, tendría un voto fiel del elector valenciano del 1,9% o del 1,1%, en caso, de ser de fuera.

Por lengua, un 40,7% de los votantes del PP dice hablar en casa en valenciano, mientras que el 35% confiesa no hacerlo. En el PSOE, es al contrario: sólo el 18,8% reconoce ser valencianoparlante, mientras que el 22% se declara castellanoparlante. Mientras que en Izquierda Unida, el votante en castellano es, prácticamente, el doble (un 3,1%) que el que se afirma valenciano (1,9%).

Entre los ecologistas y Los Verdes, también existe más voto de quienes hablan castellano (3,1%) que de quienes afirman hablar valenciano diariamente en su casa (sólo un 1,9%). El Bloc tiene su voto (5,2%) en el elector valencianoparlante (sólo un 0,4% que no lo habla votaría por él) y UV dobla el elector valenciano (2,5%) frente al castellano (1,4%).

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