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Modrego está a favor de tasas que desincentiven el deterioro ambiental

El consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, se mostró ayer partidario de implantar impuestos ambientales que se destinen a la recuperación de los enclaves naturales y desincentiven el deterioro ambiental. Aunque vio factible la implantación de una tasa turística en Baleares, donde el sector sí supone un 80% de la actividad económica de las islas, el consejero no es partidario de aplicar un impuesto homólogo en la Comunidad Valenciana, donde el peso del turismo se reduce a un 12% o 15%. '¿Por qué va a contaminar más quien duerme en un hotel?', se preguntó Modrego, en referencia a una tasa que se aplique sólo al turista ocasional.

Modrego explicó que, por el contrario, sí ve bien impuestos que efectivamente graven directamente la actividad que perjudique el medio ambiente, como las tasas de depuración de aguas (el dinero se utiliza para construir depuradoras y gravan más cuanto más líquido se consume) o las de basuras. Por eso, apuntó la posibilidad de que la futura ley forestal que prepara el Gobierno central abra la posibilidad a que las autonomías implanten tasas que puedan destinarse a la recuperación de los bosques.

Modrego hizo estas declaraciones tras la firma de un convenio con la Fundación Centro de Estudios Ambientales del Mediterráeno (CEAM) para realizar trabajos de investigación y desarrollo en relación con la restauración de la cubierta vegetal. Millán Millán, director del centro, explicó que estos proyectos, además de servir para hacer protocolos de intervención diseñados a la medida de los problemas forestales en la Comunidad Valenciana, serán útiles para cambiar inercias en la Unión Europea, donde se tiende a propiciar en el ámbito mediterráneo políticas forestales diseñadas para países del centro y del norte de Europa.

El convenio, que asigna 40 millones de pesetas para que el CEAM elabore proyectos de investigación útiles para el Plan Estratégico Forestal, prevé trabajos sobre sistemas de regeneración y mejora de los montes, el seguimiento científico de las repoblaciones de áreas incendiadas, proyectos de selvicultura preventiva (como la ejecución y mantenimientos de las áreas cortafuegos) y la ordenación del territorio forestal. Modrego destacó la experiencia previa del CEAM, creado en 1991, en materias como el seguimiento de la cubierta vegetal en zonas incendiadas o en nuevas técnicas de reforestación. Otro de los factores que se intenta potenciar es el aprovechamiento futuro de los bosques. Por ejemplo con plantones micorrizados (trufas negras en encinas, o boletos y níscalos en el caso del pino) que ampliarán los rendimientos económicos de los futuros bosques.

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