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El triunfo del cuarto portero

Las paradas del hijo del presidente de las peñas disparan al Mallorca

Tres partidos de titular, cero goles en la portería del Mallorca. El historial deportivo del meta mallorquín Miguel Garro, Miki, en Primera División se reduce a 270 minutos, que ha jugado en calidad de titular por las lesiones de los argentinos Carlos Lechuga Roa, Germán Mono Burgos y Leo Franco. Corto bagaje para medir sus posibilidades en el futuro, pero suficiente para intuir que hay madera, y de muy buena calidad, en los tres palos del equipo balear. Miki ha contribuido de forma poderosa y decisiva al éxito rojillo en el tramo final de Liga, que le sorprende ya clasificado de forma aritmética para la Liga de Campeones.

Muy pocos confiaban en un meta de 25 años sobre el que pesaban un puñado de prejuicios: procedente de las categorías inferiores del club, y sin experiencia, los mal pensados barruntaban que Miki formaba parte de la plantilla porque es hijo del presidente de las peñas mallorquinistas. Pero el chico trabajó duro para imitar las paradas del Mono y del Lechuga, y también supo extraer enseñanzas de la sobriedad de Franco. 'De todos ellos he aprendido un poco cada día', explicó.

Mientras sus compañeros firmaban autógrafos, Miki rechazaba las peticiones de los jóvenes aficionados que le pedían sus guantes como recuerdo al finalizar los entrenamientos: 'No tengo ni para mí', respondía. Eran tiempos en que su única misión era situarse en la portería del equipo suplente en las pachangas de los jueves, lanzar buenos balones a sus colegas y soportar las bromas de turno.

Sus comienzos fueron vacilantes. Recibiendo goles nada más saltar desde el banquillo para suplir a sus compañeros lesionados, Franco en Villarreal y Burgos en Pamplona, respectivamente. Pero no se vino abajo: 'Estoy preparado para jugar y a disposición del entrenador', dijo, poco antes de que Aragonés le confirmara, ya como titular, ante el Celta. Mantuvo su portería imbatida y lo mismo ocurrió ante el Espanyol y el Rayo. Se ha convertido en sinónimo de garantía bajo los palos y ahora el problema lo tendrá Aragonés cuando se recuperen los lesionados.

'A mí no me importaría volver al banquillo; he demostrado que puedo estar a la altura de las circunstancias, y eso ya es suficiente, por ahora', afirma Miki, el cuarto meta de una portería plagada de internacionales, y que por esas cuestiones del fútbol, completa el tramo decisivo de la Liga convertido en figura.

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