'Rusia es una democracia de imitación'
Grigori Yavlinski es el más europeísta de los políticos rusos y un ardiente defensor de la economía de mercado. El líder del bloque liberal Yábloko (Manzana) cree que la democracia rusa es hoy más formal que real, y que el presidente Vladímir Putin ha puesto el país en manos de un reducido grupo de empresarios, militares y miembros de los servicios de seguridad. De visita en Madrid invitado por el Insituto de Empresa, Yavlinski (Lvov, Ucrania, 1952) se entrevistó ayer con el presidente del Gobierno, José María Aznar.
Pregunta. ¿Cuál es el estado actual de la democracia en Rusia?
Respuesta. Crear una democracia es un proceso largo y son precisos varios elementos fundamentales: un sistema judicial independiente, una prensa libre, elecciones, partidos políticos... Algunos de esos elementos fundamentales existen hoy en Rusia, pero la cuestión es saber hasta qué punto los nuevos dirigentes están intentando utilizarlos para beneficiar a pequeños grupos que apoyaron el cambio en la presidencia.
P. ¿Es eso lo que está sucediendo?
R. La situación de la prensa libre no es muy prometedora, y puede afirmarse que la mayoría de los medios de comunicación forman parte de la maquinaria del Estado. Lo mismo ocurre con el sistema jurídico, que está siendo utilizado como instrumento para redistribuir la propiedad entre grupos oligárquicos. También nos preocupa la independencia de los partidos y la limpieza de las elecciones locales y nacionales. Hay señales claras de que se está creando una especie de Estado corporativo, un sistema en el que los intereses de determinados grupos se anteponen al interés público. Este tipo de sistema es distinto al totalitarismo. El totalitarismo destruye todas las instituciones democráticas; lo que hace ese sistema corporativo es poner las instituciones democráticas al servicio de determinados grupos.
P. ¿Está impulsando el presidente Putin ese modelo?
R. El sistema se ha desarrollado claramente durante el último año. Fue el presidente Borís Yeltsin el que sentó las bases y su familia formó parte de ese grupo corporativo. No se trata de un grupo empresarial, sino de un grupo político que pretende dominar la vida pública. Es una imitación de Estado democrático: aprovechándose de la debilidad de la sociedad civil, imitan a las instituciones democráticas.
P. ¿Quiénes controlan el sistema?
R. Los oligarcas económicos, parte de los militares y los servicios de seguridad. Son los tres principales grupos de referencia.
P. ¿No teme que la ley de partidos políticos aprobada la semana pasada por la Duma (Cámara baja del Parlamento) vaya a perjudicar a Yábloko?
R. No vamos a tener problemas para cumplir los requisitos que exige la ley . Hemos logrado importantes mejoras durante el trámite parlamentario.
P. A su juicio, ¿qué fin persigue Putin con esa ley?
R. Creo que quiere tener un instrumento para dar más oportunidades a los partidos que le son favorables y menos a los demás. Nosotros votamos a favor porque creemos que el país necesita una ley que, por primera vez, institucionalice el sistema de partidos políticos.
P. ¿Cuáles son las principales reformas pendientes en Rusia?
R. Yo diría que la primera es la independencia del sistema judicial. Es imposible crear una economía de mercado, garantizar la propiedad privada y crear unas condiciones de libre competencia sin tener jueces independientes. Es absolutamente urgente hallar una solución política a la guerra en Chechenia, un terremoto político que está minando la democracia rusa. Una tercera prioridad es crear un sistema fiscal más transparente y razonable, además de ofrecer garantías a los inversores extranjeros.
P. ¿Va a presentarse a las próximas elecciones presidenciales?
R. Es pronto para decirlo. Yo quiero ver a mi país prosperar y estabilizarse. Quiero que mi generación regale a nuestros hijos lo mismo que los españoles han regalado a los suyos. En 25 años, ustedes han construido un país totalmente distinto. Eso es lo que yo quiero hacer por mi país.
