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Los talibanes afirman que han detenido a un ciudadano de EE UU sin ofrecer pruebas

El régimen de Kabul rechaza por ahora la ayuda de voluntarios paquistaníes a Afganistán

Ángeles Espinosa

El régimen talibán anunció ayer haber detenido por lo menos a un ciudadano estadounidense, pero no facilitó detalles sobre su identidad. 'Sí, hay algún detenido, aunque no sé cuántos ni quiénes son', aseguró su embajador en Pakistán, Abdul Salem Zaif. El enviado del régimen de Kabul, que acababa de regresar de Afganistán, donde fue llamado a consultas, también explicó, con el sentido del humor que le caracteriza, que los talibanes no dejan entrar a los voluntarios paquistaníes para combatir a EE UU porque 'se congestionaría la línea del frente'. Inasequible al desaliento, Zaif compareció una vez más ante los periodistas sin dar señal alguna de desánimo o de preocupación.

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'El único logro significativo que este intenso ataque aéreo ha traído a los norteamericanos es una campaña de antiamericanismo por todo el mundo', declaró el embajador afgano en Paquistán a través de un comunicado en inglés, que hizo leer a su número dos, Sohail Shaheen. Luego, para contestar a las preguntas, utilizó el pastún, su idioma materno.

'Tengo entendido que uno o dos norteamericanos acompañaban a Abdul Haq, pero no estoy seguro de su detención', reconoció el embajador con gran franqueza. Sí confirmó, sin embargo, la detención de un presunto agente de la CIA en las proximidades de Kandahar. 'Desconozco los detalles', respondió cuando se le preguntó si se trataba de un afgano educado en EE UU.

Por su parte, Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa norteamericano, fue tajante en el desmentido: aseguró que ningún militar estadounidense ha sido detenido y que no tiene noticias de que ningún ciudadano de EE UU esté en esa situación.

La pregunta de si Osama Bin Laden disponía de armas nucleares le hizo esbozar una de sus ya famosas sonrisas. 'No creo que podamos fabricar ni una copa de cristal; Afganistán no tiene ninguna capacidad productiva', manifestó. 'La tecnología nuclear es compleja, no tenemos esa capacidad ni nadie más dentro de Afganistán la tiene. Es propaganda sin fundamento de EE UU', añadió.

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Zaif aseguró que 'el número de muyahidín [combatientes] voluntarios para las líneas de frente excede las necesidades'. Por ese motivo, justificó, han tenido que rechazar a varios miles de voluntarios paquistaníes que se habían concentrado durante el fin de semana pasado en Timargarha, a unos seis kilómetros de la frontera con Afganistán, a la espera de poder unirse a la yihad (guerra santa) contra las tropas norteamericanas.

'Les hemos pedido que no vengan dado que de momento sólo hay ataques aéreos y no les necesitamos', dijo el embajador. 'Tenemos suficientes muyahidín, y si vienen más se van a congestionar las líneas del frente'. 'En el futuro, si les necesitamos, se lo diremos', concluyó.

Los yihadis, como aquí se conoce a esos voluntarios, proceden en su mayoría de las tribus pastunes que habitan esas regiones fronterizas y tienen fuertes lazos con los afganos del otro lado. Es en estas zonas tribales, hoy fuera del alcance de los periodistas extranjeros, donde se ha producido una mayor contestación a la política de apoyo a Washington del Gobierno paquistaní. Éste ha pedido a los talibanes que impidan el acceso de sus nacionales para luchar en esa guerra, tal como recordó ayer el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores paquistaní.

Además de la demostración de fuerza que ha supuesto su concentración, pertrechados de armas tan diversas como dagas y lanzacohetes, los pastunes paquistaníes (unos 20 millones de personas) también han cortado en los últimos días varios tramos de la autopista del Karakorum, que une Pakistán con China, y tomado una remota base aérea del Norte. Las autoridades paquistaníes trataban ayer de negociar una solución pacífica a esta situación que empezaba a ocasionar problemas de abastecimiento en algunas localidades.

Ya han muerto los primeros voluntarios. Cuatro británicos y un norteamericano, al parecer de origen paquistaní, han resultado muertos en los bombardeos aéreos sobre Afganistán, según informó ayer un portavoz de Al Muhajirun, la organización radical en la que militaban. Según esa fuente, todos ellos viajaron al país vecino a iniciativa propia y no representando a ese grupo, uno de los más extremistas de los islámicos. 'Los cinco miembros llegaron a Pakistán a principios de octubre y fueron inmediatamente a Afganistán para participar en la yihad', dijo el portavoz.

Petición a las ONGEl portavoz del régimen talibán dio cuenta asimismo 'de la falta de comida y medicinas, que ha causado la pérdida de vidas'. 'Pedimos a todas las ONG que envíen de forma inmediata su ayuda a los afganos que sufren antes de la llegada del invierno', dijo Zaif. Sin embargo, tanto las agencias de la ONU como las organizaciones humanitarias vienen quejándose de agresiones contra su personal y sus oficinas en territorio bajo control talibán.

Justamente ayer, el portavoz del Programa Alimentario Mundial (PAM), Jaled Mansur, dijo que la inseguridad es la principal dificultad que encuentran para distribuir la comida que logran entrar en Afganistán. Hasta ahora, el PAM y las ONG que colaboran con esa agencia han logrado introducir comida suficiente para dos millones de personas durante un mes. 'Es un tercio de lo necesario', admitió Mansur, que expresó su esperanza de poder cubrir el objetivo de 52.000 toneladas al mes de aquí a noviembre para alcanzar a los seis millones de afganos que están en riesgo de morir de hambre.

Una caravana de burros cargados con mercancías, cerca de Sareeq Mamaie, en el norte de Afganistán.
Una caravana de burros cargados con mercancías, cerca de Sareeq Mamaie, en el norte de Afganistán.REUTERS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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