Martín de Ugalde, elogio del inconformista
La de Martín de Ugalde (Andoain, 1921) es una de las figuras más ricas y complejas que han actuado, y actúan, en el marco de nuestra convulsa sociedad vasca. Si hablamos de exilio, allí estuvo él, en Venezuela; si nos referimos a las heridas de la guerra perdida, tenemos el caso de los Ugalde; si hablamos de las relaciones de la diáspora vasca, el del escritor andoaindarra es uno de los nombres imprescindibles, como lo es en el desarrollo del periodismo venezolano, vasco y en euskara, en sus respectivas literaturas, en la difícil evolución política de Euskal Herria, o en la comprensión de ese otro exilio, cruel y devastador, que representó el que sufrieron los opositores al franquismo.
En cada una de esas facetas si una imagen puede definir a Martín de Ugalde creo que es la del militante inconformista que, a pesar de tener ante si una correlación de fuerzas descompensada, no renuncia a la esperanza y al deseo transformador de la realidad. Creo que Martín hoy, en estos tiempos de nueva caza de brujas contra todo lo que huela a desobediencia civil, se libra de aparecer en las páginas de información judicial por su edad. La de Martín de Ugalde constituye una figura clave que, además de merecer homenajes y elogios, sobre todo es preciso valorar y estudiar. Porque en la cultura vasca no sobran personalidades de esa talla e interés.
Se va acelebrar en San Sebastián el congreso internacional Un hombre para un pueblo que, con los respaldos de las Universidades del País Vasco y Deusto, el Centro Cultural Koldo Mitxelena, el Gobierno vasco y la Diputación guipuzcoana, versará en torno a su vida y obra. Sobre elal hablarán, del 5 al 9 de noviembre, intelectuales y escritores de la talla de Bernardo Atxaga, Anjel Lertxundi, Xoxe Estévez, Txomin Peillen, Arantza Amézaga, José Luis Abellán, Joan Mari Torrealdai y José Ángel Ascunce.
Se afirmaba en las solapas de uno de sus libros fronterizos con la ilegalidad franquista, Hablando con Chillida, escultor vasco (1975), que Ugalde lo había escrito en la jurisdicción de Pierre de Lancre. Para quienes podemos conocer de cerca la labor de los herederos intelectuales de Lancre, el pensamiento de Ugalde es una llamada para buscar nuevos caminos de transformación de la realidad, para afrontar una construcción de Euskal Herria desde unos presupuestos de inconformismo utópico y realista a un tiempo, que no disgregue ni margine a nadie. Decía Freud que la voz de la razón es insistente pero muy baja en medio del clamor de emociones. Así es la voz de Martín: baja, insistente entre tanto ruido y sinrazón.
