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Peres y Arafat dialogan en Mallorca sobre la Intifada

Aznar: 'Hablemos como amigos; al fin y al cabo, a los cuatro nos han intentado matar'

Por unas horas pareció que el mundo había cambiado y que Simón Peres y Yasir Arafat podían volver a charlar normalmente como lo han hecho durante años hasta que, a finales de septiembre del año pasado, Ariel Sharon subió a la mezquita de Al Aqsa y provocó el estallido de la segunda Intifada. El ministro israelí de Exteriores y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina conversaron, en efecto, ayer en Formentor para tratar de retomar el diálogo, en el marco de una operación apadrinada por el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el presidente egipcio, Hosni Mubarak, que desplegaron toda su diplomacia.

Miguel Ángel Moratinos, el representante especial de la Unión Europea para Oriente Próximo, valoró el encuentro de Peres y Arafat como extraordinariamente importante, ya que puede marcar 'un punto de inflexión' en una situación desesperada que describió de este modo: 'La paz de las tumbas ha sido sustituida por el conflicto de las tumbas, y todo lo que podemos hacer es enterrar a los muertos'. En el foro euromediterráneo organizado en Formentor (Mallorca), ambos bandos dialogaron y dejaron claras sus distancias. 'Si nos hundimos, los siguientes que os hundiréis seréis vosotros', le espetó a Simón Peres el ministro de Gobierno local palestino, Saeb Erakat. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, pronunció un durísimo alegato contra Sharon.

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Todos los dirigentes reunidos en Formentor, convocados por el Foro euromediterráneo que organiza cada año la Fundación Repsol-YPF, consideran urgente superar esa situación que, a la luz de los atentados del 11 de septiembre, amenaza más que nunca la paz mundial. Incluidos los israelíes y palestinos, aunque la urgencia de éstos es más explícita.

En el caso de Aznar y Mubarak, la urgencia exige una presión internacional que los dos líderes están dispuestos a vertebrar, porque, como reiteró ayer el ministro egipcio de Exteriores, Ahmed Maher Elsayed, 'la solución es clara, porque conocemos las exigencias de cada parte y sabemos cómo satisfacerlas. El único problema es la falta de voluntad política'. Peres advirtió frente a ese planteamiento de que 'la paz no puede ser mecánica, ni puede ser impuesta. Nadie puede sustituir a las partes, y lo esencial es que tengan buenas relaciones'.

Ritos de la diplomacia

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El hecho real es que el ministro israelí, que durante su actual mandato sólo se ha entrevistado una vez con el líder palestino, el pasado 26 de septiembre, se trasladó ayer a Formentor y se prestó a todos los ritos de la diplomacia, incluso versallesca. Fue el primero en llegar, al filo de las 13.00 horas, pero, para cuando descendió al almuerzo, Arafat y Mubarak tomaban ya el aperitivo junto al mar, en la terraza del hotel sede del foro. Peres pasó por delante y hasta insinuó un gesto de sorpresa. Saludó efusivamente al rais egipcio y luego se volvió hacia el palestino como si no pasara nada.

También Aznar, que fue el último en bajar, pareció sorprendido de encontrar la terraza tan concurrida. Cuando los cuatro descendieron las escaleras hacia el jardín, donde almorzarían lejos de miradas indiscretas, Mubarak resbaló y cayó. Aznar le cogió de una mano mientras sostenía con el otro brazo la andadura siempre frágil de Arafat. El encuentro empezaba con muletas.

Cuentan los portavoces del Gobierno que para distender el ambiente el presidente español dijo nada más sentarse a la mesa: 'Hablemos como amigos, porque, al fin y al cabo, a los cuatro nos han intentado matar'.

Los dos protagonistas del encuentro se ven como veteranos con serios hándicaps. El de Arafat es, según dijo ayer Peres, que no es 'la autoridad única capaz de controlar todos los cañones' que tiene en sus filas. 'Sé que estas en minoría en tu Gobierno. Sé donde está tu corazón, pero estás en minoría', dijo, por su parte, Erakat, señalando el punto débil del ministro israelí, que entró en el Gabinete para negociar y al que Sharon acaba de reducir a miembro de un equipo negociador sobre el que el primer ministro se reserva la autoridad exclusiva. Peres manifestó tras el almuerzo que no había oído 'iniciativas nuevas'.

El diálogo prosiguió por la tarde en entrevistas individuales de cada protagonista con Mubarak y luego con Aznar. El egipcio, que al inaugurar la conferencia pidió en público que la comunidad internacional impida que Israel siga ejerciendo violencia sobre los palestinos, escuchó luego de buen grado la petición de Peres de que presione a Arafat para que contenga la Intifada.

Medidas contundentes

Moratinos, que llevó al líder palestino otro mensaje similar de Peres, dijo luego en el Foro que 'es necesario que Arafat tome medidas contundentes y serias para que se no utilice la violencia como medio político'. 'Pero ello requiere', añadió, 'que se fortalezca la Autoridad Nacional Palestina'. Erakat reprochó a Israel que, no dando a Arafat 'ni un día sin funeral', le pida que controle la violencia y luego le llame 'talibán', si no lo logra.

Los puntos de acuerdo son igualmente claros con Peres, y remiten a los acuerdos de Camp David: dos Estados, vuelta a las fronteras de 1967, con Jerusalén y el retorno de los refugiados como puntos difíciles que requerirán más cooperación internacional. Las dos partes aceptan también las garantías del informe Mitchell como punto de partida. Pero Sharon tiene otra cosa en la cabeza. En el Foro, Peres se mostró menos inclinado a hablar de una negociación concreta que a especular con sueños de una Benelux integrado por Israel, Jordania y Palestina. Moratinos, optimista, prometió más encuentros a lo largo de una noche que, dijo, 'será larga'.

Yasir Arafat, Hosni Mubarak, José María Aznar y Simón Peres caminan juntos durante su encuentro en Formentor.
Yasir Arafat, Hosni Mubarak, José María Aznar y Simón Peres caminan juntos durante su encuentro en Formentor.REUTERS

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