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ESCÁNDALO FINANCIERO

El Banco de España destapa anomalías de cuatro bancos en el 'caso Gescartera'

El HSBC se amparó en el secreto bancario suizo para no identificar a los clientes de las cuentas cifradas

El informe secreto que el Banco de España remitió a la comisión parlamentaria ratifica que cuatro bancos relacionados con Gescartera: HSBC, La Caixa, Bankinter y Deutsche Bank cometieron diversas anomalías. HSBC certificó que Gescartera no tenía cuentas abiertas en entidades de su grupo fuera de España cuando mantenía 'al menos' dos en Londres. La Caixa y Bankinter emitieron certificados con inexactitudes o que inducían, según el Banco de España, a conclusiones erróneas. Y Deutsche Bank facilitó a Gescartera contratos para sus clientes con 'deficiencias y omisiones'.

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El Banco de España dedica un capítulo específico de su informe a los certificados, ciertos y falsos, emitidos por distintas entidades de crédito que tuvieron relación con Gescartera. Con un considerable ahorro de calificativos, el informe de la autoridad monetaria destaca, por ejemplo, que 'ha tenido conocimiento de al menos dos cuentas a nombre de sendas sociedades no residentes en España vinculadas a Gescartera abiertas en 1995 en HSBC de Londres'. Pero el HSBC certificó, el 22 de abril de 1999, que no tenía 'constancia de que Gescartera tenga cuenta abierta en cualquiera de las entidades del grupo HSBC fuera del territorio español'. Las dos abiertas en 1995 en Londres están a nombre de Stock Selection Limited y Stock Selection UK Limited y, a su vez, están relacionadas con la filial suiza HSBC Republic Bank (HRBC), que es titular de 138 cuentas numeradas en la filial española.

El informe secreto del Banco de España critica, asimismo, dos certificados de La Caixa y uno de Bankinter. Los dos de La Caixa indujeron, a finales de 1999, a los inspectores de la CNMV dirigidos por Antonio Botella a creer que habían encontrado el dinero que buscó sin éxito posible el equipo encabezado por David Vives. En el primero de esos certificados ciertos, La Caixa decía que 'con fecha de 4 de noviembre de 1999' se presentaron para su cobro tres cheques que 'sumaban 3.949 millones de pesetas'. Esos tres cheques fueron emitidos por HARI 2000, una sociedad de Camacho, nunca fueron cobrados y, además, eran cheques sin fondos. Aún más, La Caixa tenía instrucciones de no intentar cobrar los cheques. El segundo certificado cierto de La Caixa facilitaba una relación de clientes de una presunta cuenta: 'Clientes liquidación internacional'. La suma de sus saldos era, lógicamente, 3.949 millones de pesetas. El problema es que esa cuenta de 'clientes liquidación internacional' nunca tuvo 'saldo ni movimiento alguno'. La Caixa no tuvo en cuenta estos detalles para emitir sus certificados, que sirvieron para que los supervisores de la CNMV cerraran en falso su investigación.

Surtir efecto en la CNMV

El certificado de Bankinter que el informe confidencial del Banco de España critica fue emitido por la sucursal 32 del banco con fecha 14 de diciembre de 1998. Esa sucursal certificaba 'los saldos de las cuentas afectas a gestión de patrimonios de Gescartera Dinero de una relación de 11 clientes que sumaban 1.266 millones de pesetas'. La autoridad monetaria ratifica que ese certificado fue 'solicitado por Gescartera para que surtiese efectos ante la CNMV'. Sólo cuatro de esos 11 clientes tenían cuentas con Bankinter y el resto operaban a través de una cuenta global que sólo controlaba Gescartera. Este certificado llegó a manos del equipo de Vives, quien reclamó a Bankinter su veracidad y fue el propio banco quien, el 15 de febrero de 1999, 'comunicó a la CNMV estas inexactitudes y le informó sobre la titularidad de Gescartera en la cuenta global'.

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Además de los certificados ciertos pero anómalos, el Banco de España destaca que 'ha detectado algunas deficiencias y omisiones' en los contratos que Deutsche Bank facilitaba a Gescartera. Jaime Caruana, en su comparecencia el 26 de octubre en el Congreso, especificó que esta anomalía consistía en que el banco facilitaba a Gescartera los contratos y ésta hacía y deshacía con sus clientes.

La comparecencia de Caruana en la Comisión Gescartera levantó un impresionante ciclón cuando mencionó datos recogidos en el informe secreto, que tanto los diputados como el vicepresidente Rodrigo Rato habían tenido oportunidad de leer con antelación.

Las 138 cuentas cifradas

El gobernador reveló, a puerta cerrada, la existencia de 138 cuentas 'a nombre del banco suizo HSBC Republic Bank (HRBS)' abiertas en la sucursal española del HSBC. El informe secreto del Banco de España, enviado con carácter confidencial a los diputados y al ministro, destaca la existencia de esas cuentas y dice que 'corresponden a otros tantos contratos de gestión de patrimonios de clientes de la entidad suiza cuya identidad se desconoce ya que la titularidad formal de la cuenta pertenece al banco suizo HRBS'.

Aún más, podían haber leído también que 'la sucursal del HSBC manifiesta que HRBS no ha atendido su solicitud de que le faciliten la identidad de los clientes amparándose en el secreto bancario' que Suiza garantiza. Aunque el informe del Banco de España está fechado el 4 de octubre, sólo después de que Caruana calificara en el Congreso estas cuentas de 'pintorescas, curiosas y preocupantes' y cifrara su saldo global en 11.292 millones de pesetas, Rato reclamó que fueran investigadas.

El ministro de Economía remitió al Banco de España una carta en la que pedía investigase si había detectado la existencia de alguna cuenta cifrada (numerada y con titular secreto) en España pese a estar expresamente prohibidas por la ley. Como la autoridad monetaria le respondió que las 138 cuentas no eran secretas pues tenían como titular a la filial suiza y que la dificultad radicaba en conocer 'la identidad' del titular último, Rato ordenó a la Comisión de Prevención de Blanqueo de Capitales (que preside el secretario de Estado de Economía, José Folgado) que indagara sobre esos titulares últimos e investigara si el HSBC pudo incumplir 'sus obligaciones derivadas de la legislación sobre blanqueo de capitales. Esa legislación traslada a España una directiva comunitaria sobre blanqueo de capitales y obliga a todas las entidades bancarias a informar a las autoridades cuando tiene 'indicios' de que el titular de una cuenta no es su beneficiario último. El HSBC no informó de motu proprio de la existencia de esas cuentas pero, tras ser requerido por el Banco de España, respondió que era la filial suiza quien se negaba a facilitar los beneficiarios últimos.

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