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Crítica:ESCAPARATE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una joya del género bastardo

Las librerías norteamericanas bien surtidas suelen tener un espacio dedicado a la llamada "novela gráfica", donde se encuentran álbumes de cómic con una cierta pretensión literaria. La distinción es pertinente, aunque suele irritar a los puristas de uno y otro lado. Más allá de las aventuras de superhéroes y villanos, existe un grupo de dibujantes que gustan de contar cómo son los monstruos y fantasmas que pueblan nuestra vida cotidiana. Dicho sea de paso, hace décadas que esta tendencia existe en Europa, especialmente en la bande dessinée francesa, pero en Estados Unidos ha ganado adeptos gracias a la influencia, sobre todo, de Robert Crumb y Art Spiegelman. Entre estos nuevos novelistas gráficos cabría citar a Adrian Tomine, Daniel Clowes, Joe Sacco y, especialmente, Chris Ware, el autor de Jimmy Corrigan. El chico más listo de la tierra.

JIMMY CORRIGAN. EL CHICO MÁS LISTO DE LA TIERRA

Chris Ware.

Traducciónde Mireia Rué Górriz

Planeta de Agostini

Barcelona, 2004

380 páginas. 28,75 euros

Publicada primero por entregas en diferentes revistas, Jimmy Corrigan es, según su autor, una narración "medio autobiográfica". Cuenta la historia de un chico -Jimmy- sin autoestima y escasa capacidad de acción, que ha crecido bajo el control de una madre posesiva. Un buen día, en la oficina donde trabaja, recibe una llamada de su padre expresando sus deseos de conocerle. Jimmy tiene entonces 36 años, vive solo y aletargado, en Chicago, aunque su madre le sigue controlando desde la residencia donde está ingresada. La visita al padre en un pueblo de provincias, desata en Jimmy los recuerdos de su infancia y, asociada a ellos, la batería de pesadillas y angustias que han obstruido su vida. Gracias al encuentro con el padre, pues, conoceremos a cuatro generaciones de la familia Corrigan: los destinos de Jimmy, su padre, su abuelo y su bisabuelo son desplegados ante el lector como una serie de interferencias entre el pasado y el presente. De fondo Chicago va creciendo como una gran ciudad industrial, y en primer término vemos siempre ese rostro estupefacto y retraído que tienen todos los Corrigan. Jimmy Corrigan es, ante todo, un libro triste. Chris Ware construye una trama compleja y novelística, sí, y la verbaliza en unos dibujos de colores atractivos, preciosos. También su estilo narrativo es innovador y fascinante: nos guía a través de la ordenación de los dibujos en las páginas y sabe trazar una sintaxis especial, con viñetas principales y viñetas subordinadas. Su línea es clara, limpia, y gusta de recrearse en los detalles. La vida cotidiana de los suburbios puede concentrarse en el dibujo de un paquete de cereales, o en un anagrama de McDonald's contra un cielo nevado de invierno. Una mujer en la ventana parece salida de un cuadro de Hopper, así como los colores de una tarde de primavera. Chris Ware sabe combinar en su historia un montón de influencias asimiladas. Cuando hace falta, no elude la narración verbal (y ahí su estilo se arrima a Henry James).

El último número de la publicación literaria norteamericana McSweeney's, que dirige el escritor Dave Eggers, está dedicada a la novela gráfica y con los años parece destinada a convertirse en una antología de referencia. La cuidada edición, precisamente, ha ido a cargo de Chris Ware, quien escribe en la introducción que los cómics no son un género, son un lenguaje en evolución, una "forma bastarda, mitad arte mitad escritura". Jimmy Corrigan es una buena muestra de este ideario.

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