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200 sacerdotes claman contra la partición de la diócesis de Barcelona

Justícia i Pau pide al Vaticano que reconsidere la partición de la sede

La Iglesia está revuelta y como hace casi 40 años, cuando las movilizaciones del Volem bisbes catalans reprimidas por la policía franquista de la época, los sacerdotes católicos volvieron a salir ayer a la calle. Unos 200 curas de la diócesis de Barcelona, esta vez sin policías, se concentraron en el patio del palacio episcopal de la ciudad. El motivo: protestar contra la supuesta división en tres de la diócesis de Barcelona, la segunda más importante en número de feligreses después de la de Milán, que planea el Vaticano. Las tres sedes de nueva creación serían Barcelona, Terrassa y Llobregat-Penedès.

Los concentrados mostraron su desacuerdo sobre el procedimiento seguido por el Vaticano para dividir el obispado en un momento de cambio como el actual, cuando parece inminente la sucesión del arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, quien cumplió la edad de jubilación (75 años) hace casi tres años.

Durante la protesta, convocada por la asociación Cristianismo Siglo XXI, diferentes colectivos de sacerdotes expresaron su desacuerdo sobre la división de la diócesis. Además, mostraron su preocupación porque esta división en tres circunscripciones "reste fuerza" y "resulte perjudicial" para la sede. De momento, sólo hay rumores sobre la posible fragmentación del obispado de Barcelona, ya que el Vaticano no ha confirmado ni desmentido la existencia de estos planes.

Obispo Carrera

Joan Carrera, obispo auxiliar de Barcelona, manifestó, en el programa de televisión Els matins a TV3, que la probable decisión del Vaticano de fragmentar la diócesis no ha contado con "consultas previas" ni con "un mínimo de pedagogía para explicarlo", por lo que consideró "lógico" que haya provocado "una situación conflictiva". Aun así, estimó que "las reacciones" de ciertas entidades vinculadas a la Iglesia podrían "matizar la actitud de la Santa Sede".

"Barcelona, desde el punto de vista pastoral, es una aglomeración demasiado grande", aseguró Carrera, quien planteó como posible solución la creación de "unas demarcaciones más desarrolladas" y con una mayor "proximidad del obispo". Carrera reconoció que ante una división de diócesis "habrá puntos a favor y en contra", y consideró que el "debate" es la vía para superar las diferencias de criterio. Sobre el retraso en la sucesión de Carles, Carrera aseguró que esta situación "ha hecho daño porque crea provisionalidad, nerviosismo y no se puede planificar con perspectiva".

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La agrupación de sacerdotes progresistas Justícia i Pau hizo público un comunicado en el que pedía al Vaticano que reconsiderase la decisión de dividir la diócesis, ya que "una división sólo tendría que contemplarse desde valoraciones estrictamente pastorales". Justícia i Pau consideró "grave que no se haya pedido opinión a ningún organismo diocesano". La asociación también reivindicó "el derecho y el deber" de la comunidad diocesana, "reconocida" por el ordenamiento jurídico canónico, de "participar en decisiones de esta magnitud".

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