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Reportaje:

La 'gent blaugrana'

Joan Laporta, presidente del Barcelona, visita Sueca en su empeño por "expandir el sentimiento 'culé"

"És guapet". Una funcionaria del Ayuntamiento de Sueca no pudo contenerse cuando se cruzó en uno de los abarrotados salones del consistorio con el presidente del Barcelona, Joan Laporta, cuya visita a esta población valenciana de La Ribera levantó gran expectación.

En su empeño por "expandir el sentimiento culé", una representación del Barcelona encabezada por Laporta y completada por los directivos Antonio Rovira y Xavier Faus llegó por la mañana a Sueca en berlinas de tonos oscuros como las utilizadas por el Ministerio del Interior. A mediodía visitó el Ayuntamiento seguido por una comitiva de lo más variopinto: chiquillos a la caza de un autógrafo del mandamás azulgrana, amable y sonriente; miembros de la Penya Barcelonista de Sueca, fundada hace 30 años; un puñado de periodistas, la mayoría de medios catalanes, muy pendiente de los movimientos de Laporta...

El editor Eliseu Climent desempeñó el papel de cicerone en un recorrido que incluyó la visita a la tumba y a la casa del escritor Joan Fuster (Sueca, 1992-1992), y concluyó con un almuerzo en un restaurante local al que acudieron personajes ligados al barcelonismo, como el escritor de Sedaví Ferran Torrent, y una numerosa representación de la Penya Barcelonista de Sueca, cuyo presidente es Ferran Beltrán. El alcalde suecano, Salvador Gil, interpretó "muy a gusto" el papel de anfitrión.

La vespertina visita al estadio Ciutat de Valencia, donde Laporta tenía previsto felicitar al Levante por su ascenso, fue suspendida finalmente ante el interés del presidente del Barça en presenciar el partido correspondiente a la final de la Liga ACB de baloncesto, que se disputó anoche en Madrid entre Estudiantes y el conjunto azulgrana. No hubo más excusas. Alguien del Barcelona llamó por la mañana a Antonio Blasco, presidente del Levante, para aplazar el encuentro.

El caso es que la figura de Joan Fuster reforzó los lazos entre Sueca y Cataluña. O, como expresó Laporta: "La llama de los países catalanes y el espíritu de Joan Fuster se mantienen vivos gracias a estas actividades intelectuales y culturales. Es un privilegio poder rendirle este homenaje a alguien de la talla de Fuster".

"Las únicas doctrinas liberadoras que ha tenido el País Valenciano han sido las de Fuster", manifestó Eliseu Climent, quien evocó alguna que otra anécdota de la vida del intelectual suecano: "Solía decir que su casa era el pub más barato del País Valencià; lo cierto es que las puertas estaban casi siempre abiertas. Aquí nos reuníamos a menudo a charlar".

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Recordó también Climent el atentado perpetrado por grupos de extrema derecha que a punto estuvo de costarle la vida al ensayista: "Fueron dos bombas que le dejaron muy marcado. De alguna manera, sí acabaron con él. Le costó recuperarse del impacto. Ocurrió meses después del golpe de estado". En 1981.

"Para mí", aseguró Laporta rodeado de un enjambre de periodistas, curiosos y aficionados culés, "es un honor y un placer que Eliseu Climent nos explique el pensamiento de Joan Fuster, cuyo mérito fue enorme. Fue un hombre comprometido con su país. Sus ensayos, poemas, análisis... Nosotros estamos tratando de recuperar el catalanismo del Barcelona mediante estos actos culturales".

Laporta, que sujetaba un ejemplar del primer volúmen de la Correspondència de Fuster, recientemente editada por Eliseu Climent, concluyó agradeciendo la hospitalidad y amabilidad de las gentes de Sueca. "Han hecho que nos sintiéramos suecanos por unas horas. Gracias".

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