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El nuevo alcalde de Benicàssim trata de acelerar la urbanización del golf que Colomer frenó

El edil socialista derribado por una moción de censura encargó un estudio ambiental

María Fabra

El alcalde de Benicàssim, Manuel Llorca, no ha ocultado, incluso antes de su nombramiento tras la moción de censura que derribó al socialista Francesc Colomer, su interés por sacar adelante el proyecto del campo de golf y la urbanización que conlleva. Cuando llegó a la alcaldía, se encontró con una cuestión pendiente: la posible recuperación de una antigua zona húmeda recogida en el proyecto como una simple zona verde. Su antecesor, el socialista Francesc Colomer había revisado el planeamiento, cinco años después de su aprobación, para escuchar las quejas de los grupos ecologistas.

Llorca ya ha asumido que parte del humedal se ha de recuperar
El socialista retomó el tema convencido de que la zona podía ser regenerada

El socialista Francesc Colomer quiso aplicar su propio convencimiento y la voz de una parte de la sociedad "sensibilizada con el medio ambiente" para la conservación del marjal del Quadro de Santiago, según explicó él mismo. Para ello, encargó un informe a la Sede para el Estudios de los Humedales del Mediterráneo (Sehumed), un grupo de investigación multidisciplinar de la Universidad de Valencia, formado por hidrólogos, geólogos, biólogos y botánicos, entre otros, que todavía no está concluido.

Ahora, pese a desdecirse sobre su negativa inicial a compatibilizar el desarrollo urbanístico con un programa de protección de una antigua marjal, Manuel Llorca, cabeza de una candidatura de residentes que ha pactado con el PP, trata de acelerar la ejecución del proyecto. Según el edil de Urbanismo, Rubén Bellido, ya hay un plazo marcado. En un mes se pretende tomar una decisión sobre el futuro de más de 500.000 metros cuadrados de una zona con valor ecológico, después de haber convocado reuniones con los profesores universitarios, el Ministerio de Medio Ambiente e, incluso, de haber "arrancado" al Consejero de Territorio, Rafael Blasco, su reiterado apoyo al proyecto, que ya cuenta con el "visto bueno" de la Administración autonómica.

El planeamiento, aprobado en 1999, incluye la urbanización de más de dos millones de metros cuadrados y su adjudicación abrió una de las más importantes brechas entre los grandes grupos constructores de la provincia de Castellón. Benicàssim Golf fue el proyecto adjudicado a Lubasa y, hasta ahora, no había sido revisado por ninguna Corporación. El socialista retomó el tema convencido de que la zona podía ser susceptible de una regeneración y con el objetivo de impulsar la nueva "cultura del agua", poniendo fecha de caducidad a un programa de bombeo, de hace cuarenta años, por el que, anualmente, se drena un millón de metros cúbicos de agua salobre. La zona no tiene ningún tipo de protección, no está incluida en ningún catálogo de humedales, pero el estudio previo del Sehumed sí habla de una reprogramación del ciclo hidrológico y del valor del espacio con la posibilidad de recuperar un ecosistema, un paisaje y su avifauna. Así, expone la creación de tres lagunas, una zona adaptada a las visitas con un trazado de senderos y la ubicación de puestos de observación de especies autóctonas.

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Llorca ya ha asumido que parte del humedal se ha de recuperar y ahora trata de que el Ministerio de Medio Ambiente confirme la compatibilidad del proyecto ecológico y el urbanístico y de que Sehumed acabe su informe. Sin embargo, el equipo de gobierno, formado por el PP y por la Asociación de Residentes de Benicàssim, los independientes de Llorca, puede encontrarse con otro problema ya que, al parecer, los científicos han mostrado sus reticencias al sistema programado para prevenir la inundabilidad de la zona más baja de la futura urbanización. La empresa había programado la creación de un lago laminador, confluencia de varios barrancos, para resolver posibles grandes avenidas. Sin embargo, las tres lagunas permanente inundadas podrían no servir de "zona de sacrificio" ante grandes avenidas, según los técnicos del Sehumed. Esta opinión contradice la de otros técnicos que consideran que es suficiente.

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