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Ritchie Blackmore, ex guitarrista del grupo 'heavy' Deep Purple, toca ahora pop medieval

Diego A. Manrique

Ritchie Blackmore (Weston-Super-Mare, 1945) dice ser muy consciente de que todo guitarrista de rock se ha formado con su Smoke on the water: "Ésa es la razón de que dejara Deep Purple, donde era una canción obligatoria. Yo no quiero pasar el resto de mi vida tocándola". Desde 1997, el músico británico dedica sus energías a Blackmore's Night, el vaporoso grupo que ha formado con su mujer, la cantante estadounidense Candice Night.

Desde su casa de Long Island, recuerda el momento decisivo: "Cuando dije a mi management que iba a consagrarme a tocar música de inspiración medieval y renacentista, me miraron como a un loco: 'No hay mercado para eso'. Bueno, respondí, pues habrá que inventarlo". Y es lo que ha hecho. Blackmore's Night se ha abierto un modesto hueco en Alemania, Japón y otros países. Su última entrega es Beyond the sunset (SPV/El Diablo), una colección de piezas melódicas -"también hacemos canciones para bailar... en el salón de un castillo"- a la que han añadido un DVD grabado en directo y un single con tres villancicos.

Conocido en los tiempos rockeros por su temperamento explosivo, Blackmore rechaza que sea ahora un simple cómplice de las fantasías medievalistas de su mujer: "Empecé a investigar en esa música cuando Candice todavía no había nacido. Después de haber crecido con Buddy Holly y el rockabilly, fui de los inventores del heavy rock, así que necesitaba algo diferente. No fui el único: también los Rolling tuvieron una época muy isabelina. Como no soy muy bueno leyendo partituras, me aprendía esos temas que me atraían y los tocaba con mi sensibilidad. Lo que aportó Candice fueron las letras y su maravillosa voz". Advierte de que lo que hace Blackmore's Night sólo tiene "el más remoto parecido" con esos grupos de música antigua que utilizan instrumentos originales: "También usamos sintetizadores y yo sigo tocando la guitarra eléctrica. Además, nuestro repertorio incluye hasta canciones de Bob Dylan o Joan Baez. Cuando adaptamos una pieza medieval -por ejemplo, alguna de las cantigas de Alfonso X- cambiamos la letra, ya que nosotros no compartimos esos sentimientos religiosos. En aquellos tiempos, nos hubieran quemado por herejes".

Es rotundo al asegurar que no tiene ningún interés por el rock actual, "ni siquiera sigo lo que ahora graban Deep Purple y demás ex compañeros. Cuando pongo la radio, prefiero las emisoras donde hablan sin poner música. Después de pasar 35 años tocando al máximo volumen, he comprobado que el silencio de la naturaleza es lo más estimulante: vivo en un bosque, frente al mar. Claro que, si estamos de visita en algún país, buscamos la música autóctona. Y eso puede ser problemático: en España, hemos visto a guitarristas flamencos tan buenos que resultaban intimidantes".

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