Críticas a la policía por los fallos de seguridad
En uno de los enormes hoteles que bordean la costa oriental de la península del Sinaí, escasos kilómetros al sur de Taba, una de las gerentes egipcias del establecimiento, que ruega encarecidamente que no se dé a conocer su nombre, echa pestes de la policía. "Su incompetencia es total. A pesar de los avisos sobre el peligro de atentados, los coches pueden llegar hasta las rampas que dan acceso a la recepción de los hoteles. Sólo con prohibir esto, se habrían evitado muchas muertes". Pero lo peor, a su juicio, es que no parece que la eficacia vaya a mejorar tras los atentados contra el Hilton y los bungalós de Ras al Satán (la Cabeza del Diablo).
"En el momento de las explosiones yo estaba en El Cairo. Me llamaron inmediatamente y regresé en un vehículo cargado de paquetes. Llegué hasta la entrada del hotel sin que nadie reparara en mi equipaje. Sólo me pedían el permiso de conducir. Nadie registró el coche, y eso que pasé varios controles". "Ayer", añade, "le dije a un policía que había una maleta sin dueño en la recepción. Nadie hizo nada, aunque insistí un par de veces. Y ellos aseguraban no saber a quién pertenecía". "¿Cómo es posible que entrara el coche cargado de explosivos si hay un control minucioso en la frontera con Israel, y otro a siete kilómetros al sur?", se pregunta. Y se responde tajante: "Los terroristas han tenido que tener el apoyo de beduinos del Sinaí".
La mayoría de los lugareños y los cuerpos de seguridad de Israel descartan que los grupos palestinos hayan perpetrado esta masacre. Y optan por la autoría de Al Qaeda, con respaldo de extremistas egipcios.
De ser así, Al Qaeda se ha aproximado a una pocas decenas de metros de Israel, las que separan el Hilton del puesto fronterizo.
