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Reportaje:

Demada, oferta y "desajustes"

Un tono ultraliberal impregna la primera jornada del III Congreso de Economía que organiza la Generalitat en Valencia

La demanda, la oferta y algunos "desajustes" fueron objeto de amplio debate ayer en la primera sesión del III Congreso de Economía de la Comunidad Valenciana, organizado por la Generalitat Valenciana, donde autoridades, expertos y profesionales intercambiaron experiencias y analizaron estrategias para garantizar la competitividad de la empresa valenciana en un mercado de ámbito global. Gerardo Camps, consejero de Economía, fue el primero en invocar los "desajustes" en alusión al deterioro del empleo como un imponderable del progreso.

Tanto Jaime Caruana, gobernador del Banco de España, como Pedro Schwartz, catedrático y premio Jaume I de Economía, socavaron la rigidez del mercado laboral español. Caruana sugirió que la Seguridad Social o las pensiones públicas no casan bien con la productividad y aseguró que la negociación colectiva está sometida a pautas ineficientes. Algunos acuerdos "desincentivan".

Schwartz apuntó que la competitividad no depende del coste de las materias primas, no depende del valor de la moneda, no depende ni siquiera del coste de la mano de obra. Sentenció que depende de cada empresa. Pero sí vinculó a la productividad un "marco jurídico" estrecho o unas exigencias "administrativas" inapropiadas.

Pere Joan Devesa, hotelero, aportó aire fresco cuando explicó cómo la formación de los trabajadores es clave para convertirlos en "los mejores agentes" de la propia empresa, sobre todo en un negocio que vende trato personalizado hacia cada uno de sus clientes.

Rafael Aznar, presidente del Puerto de Valencia, pudo obviar el asunto laboral a través de la acumulación de 2,4 millones de contenedores, la previsión de tráfico que baraja para el cierre de 2005, y que sitúa al puerto de la capital entre los 40 "más importantes del mundo". Siempre salvando las distancias con Shanghai, que aspira a ocupar el primer lugar este año con un tráfico superior a los 18 millones de contenedores.

Manuel Machado, presidente de Ford España, puso el dedo en la llaga cuando explicó que la capacidad de producción de coches en todo el mundo supera en un 20% la demanda actual. España ocupa el primer lugar en Europa como fabricante de vehículos industriales y el tercero como productor de utilitarios, unos tres millones al año. La factoría de Almussafes produjo 450.000 vehículos en 2004. El 82% de la producción se exporta. Se debería exportar. Pero la capacidad de producción crece sin freno en varios países emergentes donde, por suerte, todavía se acompasa con el alza de una nueva demanda interna.

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Francisco Pons, presidente de Importaco, hizo un repaso a la historia reciente para explicar cómo cinco o seis grandes empresas concentran el 80% de la distribución alimentaria en España. Pero sigue siendo clave adecuarse a las exigencias del vecino para mantener la cuota de mercado.

Una segunda perspectiva sobre el mismo caso la aportó Emili Villaescusa, presidente de Consum, que combina su condición cooperativa con el floreciente negocio de la distribución, y abundó en la necesidad de adecuarse al cliente.

Una investigación que Javier Adsera, presidente de Natraceutical, depuró como nadie al descubrir la creciente demanda de alimentos funcionales, productos que contribuyen a corregir desajustes, pero orgánicos.

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