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Más de seis meses sin nuevo viceconsejero

El retraso que acumula la consejería de Educación en la puesta en marcha de la agencia de evaluación no supone un caso aislado en la política universitaria del Ejecutivo. Más de seis meses después de la toma de posesión de Tontxu Campos al frente del departamento no ha nombrado todavía a un nuevo viceconsejero de Universidades e Investigación. Este puesto sigue ocupado por Jon Barrutia, un hombre del equipo de Anjeles Iztueta, que ya ha mostrado su intención de dejar el cargo.

La viceconsejería es un puesto clave para establecer las políticas y estrategias de desarrollo de la actividad del sistema universitario vasco, en especial de la universidad pública.

Hace pocos días, el parlamentario del Partido Popular Santiago Abascal preguntó a Campos por la demora en este nombramiento. El consejero respondió que ha solicitado a Barrutia que siga en el cargo hasta que se cierren los asuntos pendientes de la anterior legislatura. Entre ellos citó la AVECA, los complementos de productividad del profesorado, el presupuesto para 2006, el plan de inversiones y la ejecución presupuestaria de 2005. "El relevo se producirá una vez finalizados los trabajos citados", precisa Campos en su respuesta parlamentaria.

La conclusión de estas tareas pendientes sigue acumulando retrasos y la provisionalidad de Barrutia le impide el diseño de una política universitaria a medio plazo. En cambio, Campos sí ha nombrado ya al nuevo director de Universidad, que ocupar el tercer lugar en el escalafón del departamento en este área. El responsable, el profesor de Ciencia Política de la UPV Patxi Juaristi, es un hombre bien considerado en la universidad pública, aunque con muy poca experiencia de gestión.

Fuentes políticas y académicas albergan la impresión de que Campos está encontrando dificultades para completar su propio equipo. Esta situación inquieta a dichas fuentes académicas, ya que, a su juicio, coloca a la universidad en una situación de debilidad en una etapa clave por la incorporación cada vez más próxima al llamado Espacio Europeo de Educación Superior.

"Deberíamos preocuparnos mucho más, eso si nos creemos de verdad que la universidad es un elemento estratégico de la sociedad", concluyen estas fuentes.

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