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Francia sospecha que tres cisnes han muerto de gripe aviar

Los tres cisnes muertos que fueron encontrados en un estanque de la localidad de Moselle, en el noreste de Francia, podrían haber sido infectados por el virus H5N1, más conocido como el virus de la gripe aviar, según señaló ayer el ministerio de Agricultura francés. "Los resultados de los primeros análisis apuntan a la sospecha de que se trata de gripe aviar", señalaba un comunicado que aseguraba que las autoridades han adoptado todas las precauciones a la espera de las conclusiones definitivas que no se conocerán hasta mañana.

Los restos de los animales se encuentran ahora en el laboratorio nacional de referencia de la Agencia francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos (AFSSA) de Ploufragan para "determinar si se trata del virus altamente patógeno H5N1", señala la nota del ministerio. El dispositivo de seguridad que se ha establecido en torno a Moselle sigue las Reglamentaciones europeas. Consiste en delimitar un área de un kilómetro en torno al estanque, encerrar bajo techo a todas las aves domésticas y rastrear la posible incidencia de la enfermedad en los animales salvajes.

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Confirmada la presencia del H5N1 en los tres cisnes hallados muertos en Francia

Casos hace un año

Hace más de un año que no se detecta en Francia un caso de gripe aviar. El año pasado, esta epidemia supuso unas pérdidas de 300 millones de euros en el sector avícola francés que factura anualmente unos 6.000 millones de euros. El Gobierno francés anunció a finales del mes pasado que reforzaba los dispositivos de prevención y vigilancia de aves domésticas y pájaros salvajes después de que el 24 de junio se confirmara la presencia del H5N1 en tres animales muertos en las cercanías de la ciudad alemana de Nuremberg.

El buen tiempo, de hecho, no ha frenado la gripe aviar. Los recientes brotes de Alemania, República Checa y Hungría muestran que el virus se adapta mejor a las altas temperaturas y, de hecho, la tendencia ya se apreció el año pasado -en España, el único caso de un animal infectado se dio en agosto.

Los expertos han confirmado que el virus ha encontrado otros dos hábitats: uno también muy caliente, el Nilo (con casos en Sudán y, sobre todo, Egipto) y otro cálido y húmedo, la cuenca del río Níger, con brotes en Nigeria, Níger, Togo, Ghana y Costa de Marfil. Otro lugar de extensión del virus es el sureste asiático, con Indonesia a la cabeza.

En todo caso, no parece que la adaptación al calor haya ido acompañada de un aumento en la peligrosidad del virus. En lo que va de año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado 52 casos, de los 33 han acabado con el fallecimiento de la víctima. El grueso de los casos en humanos se concentra en Indonesia (26 de los 52 casos). Le sigue Egipto, con 19 casos. Pero estas cifras hay que tomarlas con cautela, ya que sólo reflejan los casos confirmados por la OMS.

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