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La firma del almacén de gas de Vinaròs dice que el riesgo es sólo el de un gasoducto

María Fabra

El presidente del empresa que explotará el almacén de gas que se ubicará frente a las costas de Vinaròs, Recadero Del Potro, aseguró ayer que ni el propio almacén ni la planta que conectará éste con la costa revestirán mayor peligro que cualquier gasoducto o conducción de gas natural. El máximo responsable de Escal UGS y su director general, Luis Carmona, explicaron ayer, por primera vez, los detalles de un proyecto en el que llevan trabajando más de dos años y que ha provocado rechazo y polémica en las poblaciones de Vinaròs (Castellón) y Alcanar (Tarragona).

Ambos admitieron que, a instancias del Ministerio de Industria, están buscando una ubicación para la planta terrestre en un lugar equidistante a las poblaciones limítrofes, de manera que la instalación no se ubique junto a ningún casco urbano, tal como estaba previsto en un principio. Además, Carmona señaló que la planta ocupará alrededor de 100.000 metros cuadrados y que sus chimeneas no superarán los 20 metros. Los representantes de la empresa indicaron también que las emisiones de estas chimeneas se limitarán a CO2 en una cantidad semejante a la de la circulación que soporta la AP-7 a lo largo del término de Vinaròs.

Depósito a 1.800 metros

Pese a las protestas y las movilizaciones que ha provocado el proyecto, denominado Castor, éste no había sido presentado públicamente. Ayer, Del Potro y Carmona explicaron que el almacén al que hacen referencia es una formación natural de roca porosa cubierta por una capa impermeable y ubicada en el subsuelo marino a 1.800 metros de profundidad. Esta misma formación fue utilizada como almacén de hidrocarburos hasta los años 80, lo que permitió predecir el comportamiento del subsuelo y el nivel de seguridad. Aún así, hace dos años se realizó un sondeo para ratificar que las características de este almacén "natural" seguían siendo idóneas y así lo certificó el Instituto Geológico y Minero de España.

El almacén precisa de una plataforma, semejante a las petrolíferas, desde la que se inyecta y extrae el gas almacenado. La plataforma, que se instalará a 21 kilómetros de la playa, desde donde no será visible, estará unida, por tuberías bajo el lecho marino, con la tierra hasta la planta en la que se ubicarán los sistemas de bombeo que requiere la inyección y extracción del gas. Los responsables de Escal UGS quisieron dejar claro que no se trata de una planta de tratamiento ni regasificadora sino que únicamente es de conducción entre el almacén y la red nacional de gaseoductos.

Del Potro, quien calificó el proyecto de "estratégico y urgente" para el sistema gasístico, recordó que el plan sobre gas elaborado por el Gobierno en 2002 ya incluía el proyecto aunque fue en 2005 cuando se le otorgó la categoría de urgente. Según él, esto se debe a que la situación actual es "absolutamente delicada" puesto que "hace diez años la capacidad de almacenaje ya era insuficiente y no se ha aumentado pese a que tiempo el consumo de gas se ha incrementado un 400%".

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