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Los sindicatos del transporte desafían hoy en la calle la reforma social de Sarkozy

Francia quedará paralizada en protesta por la supresión de los regímenes de privilegio

Nicolas Sarkozy libra hoy la primera gran batalla por imponer su programa de reformas. Francia empezó ayer por la tarde a paralizarse por efecto de la huelga en los transportes contra la reforma de los regímenes especiales de pensiones. Todo parece indicar que la actividad económica quedará reducida a mínimos. El Gobierno espera sacar partido del escaso apoyo popular con que cuenta la protesta, que los sindicatos pretenden situar a la altura de la de 1995, y que probablemente será la última de su género. La ley de servicios mínimos entrará en vigor en enero.

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Algo más de 1,6 millones de personas disfrutan de estos regímenes especiales de pensiones, básicamente en los ferrocarriles públicos (SNCF), la empresa de transporte urbano de París (RATP), la eléctrica EDF y la gasista GDF. La protesta también afectan a pequeños sectores, como los secretarios de notarías o los trabajadores de la Ópera de París, herencia de las que se conocían como "profesiones penosas": los mineros y los maquinistas de las viejas locomotoras de vapor, o las bailarinas de la ópera, que cotizaban menos tiempo y disfrutaban de pensiones mayores.

La reforma, una de las promesas de Sarkozy durante la campaña presidencial, y que ha hecho suya el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, consiste en igualar de aquí a 2012 a todos los trabajadores y situar el periodo de cotización que da derecho a una pensión completa con el de los demás asalariados, pasando de 37,5 a 40 años. Bertrand mantiene un sistema de bonificación ligado a la dureza del oficio. Quiere que el cálculo de la pensión se haga sobre los últimos seis meses trabajados y que los franceses puedan jubilarse más allá de la actual edad límite.

Varios Gobiernos lo han intentado y han fracasado, lo que convierte el reto de Sarkozy en determinante con vistas a la viabilidad de su programa de reformas, que en el último tramo incluye una revisión del modelo de contrato laboral. "Estamos emprendiendo unas difíciles reformas que no se han hecho en 20 años por falta de valor político", dijo ayer el portavoz del Ejecutivo, Laurent Wauquiez.

Las encuestas no son favorables a los huelguistas. La mayoría de los franceses apoya la reforma y sólo el sondeo del periódico comunista L'Humanité aseguraba que una mayoría, el 54%, aprueba la huelga. Otros dos sondeos sitúan en un 55% y un 61% la proporción de ciudadanos contrarios al paro.

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Los sindicatos son conscientes de que esta batalla es determinante, porque marcará el tono de las reformas sociales y laborales, así como la profundidad de la transformación del Estado francés. Bernard Thibault, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), que encabezará la manifestación de París, ironizaba en una entrevista en Le Monde sobre el eslogan electoral de Sarkozy de trabajar más para ganar más, señalando que la reforma es "trabajar más tiempo para ganar menos". La CGT, aseguraba, no negociará en el seno de las empresas, como pretende el ministro, mientras el Gobierno no revise "el marco general". En caso de "intransigencia", señalaba, "deberemos pensar en acciones futuras".

Jean-Claude Mailly, de Fuerza Obrera, también apuntaba hacia una continuidad de la protesta. Algunas federaciones ya han convocado paros sucesivos.

El hecho de que todos los sindicatos del sector del transporte público se hayan unido a la protesta asegura que Francia quedará hoy paralizada. Ayer a las 20.00 dejaron de funcionar los ferrocarriles. Según la SNCF hoy sólo habrá 46 de los casi 800 viajes que habitualmente hacen los trenes de alta velocidad (TGV).

Tampoco habrá trenes nocturnos de largo recorrido nacional e internacional, que unen Francia con Italia y con España. En París el metro y los trenes de cercanías prácticamente no circularán, así como el 15% de los autobuses. Otras 26 ciudades sufrirán la falta de transportes urbanos. El tráfico aéreo se verá igualmente perturbado. En la capital, las conexiones con los aeropuertos no funcionarán. Por el contrario, no parece que EDF y GDF resulten muy afectadas, ni tampoco la educación pública.

Viajeros intentan tomar un tren en Marsella antes de la huelga.
Viajeros intentan tomar un tren en Marsella antes de la huelga.REUTERS

LOS EFECTOS DE LA HUELGA

-En París, el metro, los trenes de cercanías y el 15% de los autobuses no circularán. Otras 26 ciudades sufrirán la falta de transporte urbano.

-Los trenes de alta velocidad realizarán sólo 46 de los cerca de 700 trayectos que hacen habitualmente.

-La protesta obliga a Renfe a suspender 12 servicios que enlazan España con Francia, Suiza e Italia.

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