_
_
_
_
_

Los regantes obstaculizan el trasvase del Ebro a Barcelona

Las obras de mejora de las canalizaciones de riego en el Delta del Ebro con las que la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, ha asegurado que se generará un excedente de 50 hectómetros cúbicos de agua para enviar a Barcelona, no podrán comenzar al menos hasta el mes de diciembre. Así lo aseguraron ayer las dos comunidades de regantes del Ebro, quienes prácticamente se tomaron a broma la propuesta: "Estamos en plena campaña de riego, los campos están inundados y es imposible que entren a trabajar las máquinas", señaló el presidente de la Comunidad de Regantes del Margen Derecho, Manel Masià. El problema es que las obras de mejora deberían estar terminadas en octubre, porque las reservas pueden quedar agotadas en ese mes.

Más información
Camps y Valcárcel recurrirán al Constitucional el 'minitrasvase' del Ebro a Barcelona

Ayer mismo, como cada año en abril, los regantes de ambos márgenes del Delta del Ebro iniciaron la campaña de riego. Se trata de una inundación de todos los campos de arroz, que permanecen cubiertos de agua hasta diciembre o incluso hasta enero en algunos años. "Todas las obras realizadas en el Delta las hemos hecho desde febrero a abril", señaló el dirigente de los regantes del margen izquierdo, Lluís Pegueroles. Esta comunidad, que aglutina a unos 4.300 regantes, tiene recubierto casi el 35% de sus canalizaciones.

Oficialmente, el Gobierno catalán ha aceptado el proyecto del Ministerio de Medio Ambiente para instalar una tubería en el lateral de la autopista AP-7 que lleve el agua del Ebro desde Tarragona a Barcelona en un plazo de cuatro meses. En la práctica, el Ejecutivo que preside José Montilla tiene miles de dudas sobre la viabilidad de ese plazo. El plan partió de Aguas de Barcelona, pero esta firma hablaba de seis meses y no de cuatro. Hay otra oferta para la obra, procedente de Sacyr, que declinó hacer comentarios.

Abertis, concesionaria de la autopista, elaboró un informe sobre las posibilidades de la obra, que remitió a Fomento, y llegó a la Vicepresidencia del Gobierno. Sin cuestionar la viabilidad de la obra, se señalan en él sus puntos más difíciles. Por ejemplo, que algún tramo requiere expropiación.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_