China y la Unión Europea celebrarán una cumbre en primavera, después del G-20

La Unión Europea y China remendaron ayer un año de complicadas relaciones y choques diplomáticos con el acuerdo de celebrar una cumbre, en cuanto sea posible, que sustituya a la cancelada por Pekín el pasado diciembre en Lyon (Francia) como protesta contra la decisión de Nicolas Sarkozy, entonces presidente de la UE, de reunirse con el Dalai Lama. El primer ministro chino, Wen Jiabao, dio a entender en Bruselas que lo pasado, pasado está, y defendió una Europa fuerte que en estrecha relación con China contribuya a la paz y estabilidad en el mundo.

A una China muy respetuosa con la tradición, el orden y el protocolo le satisfizo que el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, viajara en abril del año pasado a Pekín "en momentos de dificultades" -dijo Wen, en referencia al estallido de la revuelta callejera en Tíbet contra la represión china-, y ayer, el líder chino le devolvió el gesto con su visita a la Comisión. "La relación entre China y la UE no puede dar marcha atrás, como tampoco puede dar marcha atrás la historia", sentenció Wen, según el cual "es una prioridad estratégica de China desarrollar la relación con la UE". A sus ojos, "una Europa fuerte puede jugar un papel muy importante en un mundo multipolar", y "la colaboración entre el mayor país emergente y el mayor grupo de países

puede tener un efecto sobre la paz y la estabilidad en el mundo".

Ambas partes firmaron nueve acuerdos de colaboración -incluido uno de lucha contra las violaciones de la propiedad intelectual a base de falsificaciones de todo orden y copias piratas- y, sobre todo, acordaron trabajar al unísono frente a la crisis económica y financiera y contra el cambio climático. A falta de detalles concretos, Wen y Barroso dieron por recuperada la normalidad en las relaciones con el acuerdo para celebrar una cumbre en cuanto sea posible, pero después de la que el G-20 celebrará el 2 de abril en Londres como continuidad de la de noviembre en Washington sobre la crisis económica. El primer ministro checo, Mirek Topolanek, presidente comunitario de turno, pronosticó que la cumbre se celebrará en mayo. La vuelta a la normalidad permite aventurar que habrá una segunda cumbre hacia finales de año en China.