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El PSOE no logra imponerse para controlar el CSN

CiU ocupará una vacante clave para decidir sobre Garoña

El Gobierno y el PSOE han fracasado en su intento por imponer una mayoría socialista en el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), un organismo que hace año y medio tenía que haber sustituido al consejero propuesto por CiU, Julio Barceló, que cumplió su mandato. El pasado noviembre, el Consejo de Ministros llegó a proponer a la socialista Rosario Velasco para suplirlo. Ante la protesta generalizada de la oposición, y en un gesto insólito, Velasco renunció dos días después. Finalmente, el ex cargo de la Generalitat con CiU Antoni Gurgui ocupará la plaza de Barceló.

El ex ministro de Industria Joan Clos acudió hace un año a un Consejo de Ministros dispuesto a nombrar a la directora de Seguridad Nuclear del CSN, Isabel Mellado, como sustituta de Barceló. Mellado es próxima a la presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, propuesta por el PSOE desde 2001. Aunque Mellado no está afiliada al PSOE, su designación habría roto el tradicional equilibrio en la institución (dos consejeros propuestos por el PSOE, dos del PP y uno de CiU). En el último instante, Clos retiró el nombramiento.

El CSN había entrado en una situación de bloqueo institucional, ya que el mandato de Barceló expiró en julio de 2007 y, como no fue prorrogado por el Congreso, seguía en el Consejo aunque legalmente ya debía haber salido.

Pero el Gobierno y el PSOE no renunciaban a controlar el organismo. El 28 de noviembre pasado, el Consejo de Ministros propuso a Rosario Velasco como sustituta de Barceló. Velasco fue entre 2004 y 2008 portavoz socialista en los temas nucleares. Con ella en el CSN, el PSOE se garantizaba la mayoría en un órgano que en menos de seis meses debía decidir la prórroga de la nuclear de Garoña. La protesta de la oposición fue extendida y Velasco renunció el lunes posterior a su nombramiento. Oficialmente lo hizo porque en su hospital -es médico- no había sustitutos.

En realidad, según fuentes parlamentarias, el PSOE temía el escándalo que podía suponer el control del CSN, ya que, según CiU, ya había pactado que los nacionalistas mantendrían el puesto. Finalmente, el elegido para sustituir a Barceló es el convergente Antoni Gurgui, ex director de Industria de la Generalitat con Pujol, ingeniero industrial de 55 años, con experiencia en fusión termonuclear. Gurgui defiende el enfoque de Bush contra el calentamiento y dice que para la proliferación de armas atómicas es más peligrosa Internet que las nucleares. Eso escribió en un texto para el Centro de Estudios Jordi Pujol.

En los próximos meses, el CSN afronta un papel clave en el futuro energético de España. El Consejo debe emitir un informe sobre la prórroga de la central de Garoña (cuya licencia caduca en junio de 2009 y que en 2011 cumple los 40 años para los que fue diseñada). El Gobierno está descargando en ese informe la responsabilidad de lo que decida (aunque sólo es vinculante si es negativo, el Gobierno puede cerrar la nuclear con informe favorable del CSN).

En 2002, el CSN decidió cerrar la nuclear de Zorita en cuatro años, fruto de un pacto PSOE-PP-CiU. El popular Vicente Martínez Pujalte declaró que era debido a una decisión política, que acataron Carmen Martínez Ten, Barceló y los otros dos consejeros. Sólo la entonces presidenta, María Teresa Estevan, se abstuvo. Por eso, que CiU mantenga el puesto es relevante. Para los convergentes es clave tener un consejero, especialmente con los problemas en Ascó y Vandellòs. Además, CiU es el único partido abiertamente pronuclear y su consejero puede inclinar la balanza a favor de la renovación de las centrales.

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