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Reportaje:

Homenaje a la danza latinoamericana

El Ballet Nacional de Uruguay, dirigido por Julio Bocca, actúa en Bilbao

Al cumplir los 40 años, el bailarín Julio Bocca (Buenos Aires, 1967) decidió cerrar su larga y exitosa carrera de bailarín. Colgó las zapatillas de ballet, pero no abandonó el mundo de la danza. La compañía que dirige, el Ballet Nacional de Uruguay, le ha traído de gira por Europa para conmemorar el bicentenario de la independencia del país con un programa de homenaje a los coreógrafos latinoamericanos del siglo XX. Hoy actúa en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao (20.30 horas).

Buscando una vida más tranquila que en Argentina se trasladó a Montevideo y allí recibió la oferta de dirigir al Ballet Nacional de Uruguay, una compañía con siete décadas de historia que atravesaba momentos difíciles. Bocca aceptó en marzo del pasado la dirección artística del denominado ballet del Servicio Oficial de Difusión, Radiotelevisión y Espectáculos (SODRE) y su entrada en la compañía supuso un revulsivo. Para empezar programó los títulos clásicos, como Giselle y El lago de los cisnes y siguió con la apertura que supuso Un tranvía llamado Deseo, una coreografía del argentino Mauricio Wainrot sobre la obra de Tennessee Williams.

La gira europea del Ballet, la primera que la compañía realiza en los últimos 40 años, se ha centrado en las aportaciones de los coreógrafos latinoamericanos a la danza del siglo XX. El programa que repetirá esta tarde se abrirá con dos piezas del coreógrafo venezolano Vicente Nebreda (1930-2002): Nuestros valses (1976) y Doble corchea (1984). Bocca ha propuesto una relectura del neoclasicismo con dos obras que, en el primer caso, incorporan los ritmos locales y, en el segundo, utiliza la partitura de Benjamin Britten Guía orquestal para la juventud. Del argentino Óscar Araiz (1940) - actualmente director artístico del Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires- incluye Adagietto (1971), en la que la música de Gustav Mahler permite al coreógrafo cargar la danza de intensidad poética.

La propuesta del Ballet Nacional de Uruguay quiere ser al tiempo "popular y exquisito, "profundo y superficial", y dar a la compañía una oportunidad de lucimiento. La obra que cierra el programa sigue la línea de los maestros para adentrarse en el siglo XXI. Se trata de Tango&Candombe (2011), la más reciente creación de la coreógrafa argentina Ana María Stekelman (1944), una pieza basada en ritmos populares y con un desenfadado lenguaje contemporáneo.

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