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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La casa del primer incunable de América

Guerras, incendios, falta de medios y de apoyo gubernamental. La Biblioteca Nacional de Perú se ha levantado de sus cenizas una y otra vez, mermada y herida, tras todo tipo de avatares sufridos a lo largo de su historia. Tuvo su sede durante 185 años en la avenida Abancay, en el centro de la Lima antigua, en un edificio construido originalmente por los jesuitas en 1568. En dicha sede se instaló la primera imprenta de la capital virreinal y de ahí salió el primer incunable de América, Doctrina christiana y cathecismo para instrucción de los indios.

A solo un mes de proclamada la independencia de Perú, el 28 de agosto de 1821, el general José de San Martín decretó la fundación de la Biblioteca Nacional que para su inauguración, un año después, contó con un fondo de 11.256 libros. Entre ellos la biblioteca de los jesuitas, unos 600 volúmenes aportados por el propio San Martín y una serie de donaciones privadas. Pero la paz de sus salas fue violada y sus estanterías saqueadas una y otra vez por las tropas realistas (1823-1824) y el Ejército chileno durante la guerra del Pacífico (1879-1883).

No todo han sido desgracias y pérdidas. Algunos grandes intelectuales y escritores estuvieron a su cargo y la levantaron de sus escombros. Ricardo Palma tuvo el encargo de la refundación en 1884 y aprovechó su fama internacional como escritor para "mendigar" donaciones en varios países hasta alcanzar más de 20.000 volúmenes, además de recuperar libros robados durante la guerra comprándoselos a los italianos dueños de tiendas de abarrotes que los habían aceptado en pago por sus productos a los soldados chilenos. Permaneció en el cargo hasta 1912, en que fue relevado por su rival literario Manuel González Prada. En 1943 un incendio arrasó con buena parte de la BNP y fue el historiador Jorge Basadre el que asumió la tarea de reconstruirla y modernizar la institución. En 2006 la biblioteca se mudó a su nueva sede en el distrito de San Borja y un año después recibió del Gobierno chileno la devolución de 3.788 libros que todavía ostentaban el antiguo sello de la BNP. Algunos de estos han sido ya robados, presuntamente por sus propios funcionarios. Su actual director ha tenido la valentía de denunciar una trama que venía actuando de forma sistemática y bajo amenazas a quienes los acusaran. Esperemos que esto inicie un nuevo ciclo en la institución y que se reconozca por fin la categoría de patrimonio cultural de los libros valiosos que aún alberga.

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