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Leganés cierra La Cubierta por carencias de seguridad

Juan Diego Quesada

La tensión entre el nuevo alcalde de Leganés, Jesús Gómez, y el empresario que gestiona la plaza de toros de La Cubierta, Julio Torres, sigue en aumento. Como medida cautelar, el Ayuntamiento decidió ayer clausurar el recinto por problemas de seguridad al haber detectado en una inspección deficiencias en la instalación eléctrica y baja presión en el agua de la red de bocas de incendio.

El informe, fechado el 17 de agosto, también detalla que existen anomalías en la puerta de arrastre y la sala de curas de la plaza. Por ello, el concejal de Comercio, José Javier de Diego, resolvió incoar un expediente sancionador por infracción muy grave a la empresa concesionaria del recinto, Asuntos Taurinos y Espectáculos, SA. "Se abrirá cuando se garantice el correcto funcionamiento de las instalaciones debido a los riesgos de seguridad", apuntó De Diego.

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Gómez (PP), alcalde desde hace dos meses, se encontró al llegar al cargo con que había que pagar a Julio Torres unos 120.000 euros cada vez que se celebrasen los encierros de la ciudad, aunque en el contrato de concesión de la plaza se estipula que está en la obligación de organizarlos gratis. Torres, ante la negativa del alcalde, amenazó con cobrar 12 euros a cada uno de los asistentes, por lo que Gómez tiró de decreto y le obligó a abrir las puertas del coso sin coste alguno.

El empresario, quien cree que no debe sufragar los encierros, había mantenido el mismo conflicto con los anteriores alcaldes, con los que ha estado años pugnando en los tribunales y ha ganado en resoluciones judiciales casi 400.000 euros.Esta vez el cierre por sorpresa de la plaza le cogió a Julio Torres en Japón, país en el que tiene negocios. Según una portavoz de su empresa, Torres considera que se trata de un atropello y de una medida "ilegal" del alcalde. "Si la inspección del día 17 determinó que había deficiencias de seguridad tan graves, ¿por qué se celebró esa tarde una corrida y el día siguiente un encierro y una novillada? A todas luces es una medida injusta", explica la portavoz.

Lo que vio Gómez durante la becerrada del día antes fue lo que motivó la visita de los inspectores, tal y como explicó el concejal. "El 16 de agosto se produjo un apagón en la plaza de toros, justo al terminar la becerrada y cuando el público desalojaba el recinto, en el que no saltaron las luces de emergencia, con la plaza llena y en presencia del alcalde. La inspección se realizó para comprobar el estado de la instalación eléctrica de la plaza. Una vez allí, se detectaron otras deficiencias tipificadas como muy graves".

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Desde que la empresa concesionaria levantó en los noventa La Cubierta, en cuyos bajos hay discotecas y bares, los desencuentros entre Torres y los políticos no han cesado. Eso llevó al anterior alcalde, Rafael Gómez Montoya a plantearse un rescate de la concesión, es decir, que el Ayuntamiento pasase a controlar la plaza. Eso costaría unos tres millones de euros, de acuerdo con un informe municipal, aunque Torres, según fuentes municipales, exige un mínimo de 30. Gómez barrunta llevar a cabo esa medida excepcional, aunque el estado de las cuentas del Ayuntamiento le frena. Enfrente, si da el paso, tendrá a un duro negociador.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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