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España subraya su compromiso con la ampliación de la Unión Europea

El Gobierno quiere cambiar la imagen de país egoísta y pedigüeño

Según Montoro, 'el proceso de ampliación es una inversión de futuro de la Unión Europea como espacio de libertad, seguridad, justicia y bienestar'.

El Segundo Foro Europeo sobre la Cohesión, organizado por la Comisión Europea en el hemiciclo del Parlamento Europeo, reúne desde ayer y hasta hoy a 1.400 especialistas de todo el continente. Pese a su carácter aparentemente técnico, se ha convertido en un escaparate político de primer orden. No solamente por su coincidencia en el tiempo con querellas como la que protagonizan estos días españoles y alemanes, sino porque en los debates de ayer empezaron a deslizarse las propuestas renacionalizadoras lanzadas semanas atrás por los socialdemócratas alemanes.

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El Gobierno español quiso aprovechar la ocasión para intentar cambiar la imagen de país egoísta y pedigüeño que ha empezado a calar en la prensa europea por su cerrada defensa de las ayudas europeas más allá de la ampliación. Y lo hizo subrayando su compromiso con ese proyecto europeo y su compatibilidad con la actual política regional de la UE, pero sin cambiar su posición sobre las consecuencias que puede tener para España ese proceso. 'Los nuevos Estados y regiones deberán beneficiarse de manera intensa de dicha política desde el mismo momento de la adhesión', afirmó Montoro.

'Es muy positivo', añadió, 'que el informe reconozca que los problemas de los Estados y regiones que ahora estamos en la Unión no van a desaparecer como consecuencia de la ampliación y de las correcciones estadísticas que de ella se deriven'. 'En este sentido', aclaró, 'el memorándum presentado recientemente por España recoge claramente el apoyo de nuestro país al proceso de ampliación de la UE y nuestra implicación directa en que las negociaciones puedan concluir en los plazos previstos'.

Si hubiera que juzgar por las intervenciones de ayer, España debería esperar más apoyos desde el Parlamento Europeo que desde la Comisión. El presidente de esta institución, Romano Prodi, puso el énfasis sobre todo en la necesidad de extender la cohesión a los futuros socios, sin hacer ninguna mención a que ello no perjudique a los actuales. 'Europa no debe convertirse en una especie de mercado intergubernamental en el que los Estados miembros se pelean en defensa de los respectivos intereses nacionales', advirtió en lo que podría ser una alusión a españoles o alemanes, o a ambos a la vez.

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La presidenta la Eurocámara, Nicole Fontaine, pareció comprender mejor los problemas españoles cuando advirtió que 'el Parlamento Europeo sostiene que una política de cohesión adecuada no puede reducirse a quitar a unos lo que se quiere dar a otros'.

El comisario responsable de los fondos estructurales, Michel Barnier, reiteró en rueda de prensa su posición de reconocer el problema que la ampliación genera a España, pero al mismo tiempo su creencia de que es un asunto que se debe negociar en el próximo paquete financiero, a partir de 2004, sin vincularlo a las negociaciones de ampliación.

La sombra del SPD

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