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Elecciones Europeas

Blair atribuye a la guerra de Irak su severa derrota en las municipales del Reino Unido

Los laboristas quedan terceros y pierden ciudades clave y más de 400 concejales

Tony Blair achacó ayer a la guerra de Irak la humillante derrota sufrida en las elecciones municipales parciales del jueves. Relegados al tercer puesto por los liberales-demócratas y a 12 puntos de los conservadores, los resultados son los peores del Partido Laborista en unas municipales, con la pérdida de bastiones clave como Newcastle, Leeds, Cardiff, Burnley, Ipswich y Oxford y una sangría de concejales por todo el país. Aunque los conservadores consiguieron una victoria sustancial, sus resultados no parecen situarles aún en condiciones de ganar las próximas generales.

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Pese a que las elecciones se celebraron el jueves, anoche aún no se disponía de datos oficiales del reparto de votos por partidos debido al descentralizado sistema electoral. Una proyección de la BBC sobre 400.000 votantes otorgaba un 38% al Partido Conservador, 29% a los liberales y 26% a los laboristas. El escrutinio, desesperantemente lento para los estándares españoles debido al uso del sistema mayoritario, que provoca múltiples recuentos en aquellos colegios donde un candidato gana por los pelos, no quedó prácticamente cerrado hasta última hora de la tarde de ayer. Con 164 de los 166 municipios escrutados, los conservadores controlaban 50 consejos (+12) y 1.633 concejales (+263); los laboristas 39 consejos (-8) y 2.171 concejales (-464), y los liberales-demócratas 9 consejos (-2) y 1.246 concejales (+132). En 61 consejos ningún partido tenía el control mayoritario.

El primer ministro atribuyó por adelantado a la crisis de Irak los malos resultados del laborismo. El jueves por la noche, cuando aún no había empezado el recuento, reconoció en Georgia (Estados Unidos), donde asistía a la cumbre del G-8, que Irak "ha ensombrecido" la campaña electoral laborista. Ayer, en Washington, confirmó esa visión pero se reafirmó en que no va a cambiar de posición sobre Irak y que el laborismo ha de mantener su "programa radical".

El viceprimer ministro, John Prescott, había utilizado por la mañana el mismo argumento. "A la gente le gustan nuestras políticas, pero no han juzgado estas elecciones a partir de eso. Irak ha sido un nubarrón, una sombra que ha planeado sobre estas elecciones", dijo. "No estoy diciendo que no nos hayan dado una coz. Desde luego no ha sido un gran día para los laboristas", reconoció. Los resultados se situaron en el peor escenario imaginado por el laborismo. Las pérdidas de concejales se acercaron a los 500, muy por encima de la barrera de los 300 que marcaba la frontera entre un mal resultado y un fracaso.

Los laboristas sufrieron derrotas sangrantes. Perdieron el control de consejos como Newcastle, Leeds, Cardiff, Bassetlaw, Burnley, Saint Helens, Oxford, Ipswich, Swansea y Hasting, aunque ganaron de manera quizás inesperada en Sheffield, el feudo del ministro del Interior, David Blunkett, que se había declarado "mortificado" por los malos resultados del laborismo. Blunkett matizó su desencanto: "Ha sido una mala noche para nosotros, pero los tories no han despegado".

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Los conservadores cantaban victoria, pero con prudencia. Fracasaron en su intento de arrebatar Londres al de nuevo laborista Ken Livingstone y anoche parecía imposible que superaran a los laboristas en Birmingham, donde ningún partido obtuvo el control del consejo. Su victoria más simbólica fue Trafford, bastión laborista en la periferia de Manchester donde en tiempos de Margaret Thatcher ya había habido alternancia. El líder tory, Michael Howard, ha mejorado los ocho puntos de ventaja obtenidos por Iain Duncan Smith en los comicios municipales de 2003, algo que no le valió para mantener el cargo porque fue depuesto por el grupo parlamentario unos meses después. Si se confirma la estimación de la BBC, Howard ha logrado 12 puntos de ventaja, los mismos que consiguió William Hague en las municipales de 2000, un año antes de ser arrasado por Blair en las generales.

Howard ha consolidado su liderazgo, pero no ha logrado el 40% de votos que los analistas consideraban imprescindible para parecer en condiciones de ganar las generales, para lo que la historia dice que los tories necesitan entre el 42% y el 43%. La prudencia de los conservadores se explica también por los malos resultados que se supone obtendrán en las europeas, que se conocerán el domingo. Un sondeo de Gallup daba ayer 23 escaños al Partido Conservador (13 menos que ahora); 20 a los laboristas (-7); 14 a los liberales-demócratas (+3), y 12 al UKIP (+9), partido que quiere que el Reino Unido se retire de la Unión Europea. Los escaños británicos se han reducido de 87 a 72 debido a la ampliación de la UE con diez nuevos miembros.

El líder de los liberales-demócratas, Charles Kennedy, se fue a media tarde hasta el nuevo feudo de Newcastle para proclamar, optimista, que se ha roto el bipartidismo del Reino Unido. Pero aunque superaron al laborismo en votos y aumentaron con fuerza su número de concejales, los liberales apenas controlan consejos municipales. Los primeros análisis señalan que los liberales han crecido sobre todo a costa de los laboristas, no de los tories, y que parte de ese voto podría volver al laborismo en las generales.

Algunas encuestas confirmaban también ayer que, pese a todo, los laboristas siguen siendo favoritos para ganar las legislativas. Aunque a la baja, Tony Blair sigue siendo dando más confianza, pareciendo más competente y más en sintonía con la gente de la calle que el conservador Michael Howard. Y una encuesta de YouGov en Internet pronosticaba que, aunque perderá la mayoría absoluta, el laborismo será el partido con más escaños y volverá a formar Gobierno.

Cherie y Tony Blair acuden al funeral de Reagan en Washington.
Cherie y Tony Blair acuden al funeral de Reagan en Washington.AP

Ken el Rojo gana Londres

Ken Livingstone fue ayer reelegido alcalde de Londres con una ventaja confortable. Livingstone, que hace cuatro años ganó la primera elección directa de alcalde como independiente y enfrentado a su partido de siempre, el Laborista, no ha sufrido el voto de castigo que se había anunciado por haberse reconciliado con el laborismo precisamente en el año de la guerra de Irak, que Ken el Rojo combate. Ayer se impuso gracias al llamado voto de segunda preferencia, que decide el ganador entre los dos candidatos con más votos en el primer recuento. Livingstone obtuvo el 55,4% de los votos, frente al 44,6% del conservador Steve Norris.

Los conservadores, sin embargo, ganaron el voto para la Asamblea de Londres, el organismo que controla la gestión del alcalde y aprueba los presupuestos. Según las estimaciones aún no definitivas, los tories mantendrían sus nueve escaños pero los laboristas perderían dos y se quedarían en siete. Los euroescépticos del UKIP lograron un 10% de los votos en la capital, un indicio de que pueden tener un resultado espectacular en las europeas.

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