El largo camino de la igualdad

En menos de un año entrará en vigor una directiva que obligará a los empresarios a intentar evitar el acoso sexual en sus empresas. Esta nueva norma y la aprobación de la Constitución serán los avances más significativos en la lucha por la igualdad en Europa, si bien el proyecto de Carta Magna ha sido un cierto jarro de agua fría para el feminismo europeo, que esperaba nuevas conquistas, y la violencia doméstica sigue huérfana de legislación y hasta de estadísticas homologadas. Para colmo, el nuevo Parlamento Europeo que salga de las urnas podría reducir la participación femenina debido al concurso de los 10 nuevos socios.

El ex primer ministro danés Poul Nyrup Rasmussen, candidato al Parlamento Europeo, ha pedido que en la nueva Comisión Europea haya un responsable de igualdad. "El gran desafío de Europa es lograr una auténtica igualdad de género. Es increíble, pero cierto, que en la Europa de hoy las mujeres siguen siendo ciudadanos de segunda clase", dijo Rasmussen.

No será difícil obtener un comisario/a de igualdad, ya que el próximo Ejecutivo europeo tendrá 25 miembros. Más complicado será dotar a las europeas de una ciudadanía de primera clase. El borrador de Constitución tiene la ventaja de que, de aprobarse, daría carta de naturaleza a la Carta de Derechos Fundamentales, que consagró los principios de la igualdad de género, pero que los líderes europeos rehusaron ratificar. Sólo la "proclamaron" como un gesto político en diciembre de 2000.

Con la Carta de Derechos Fundamentales incluida, la aprobación del proyecto de Constitución será un paso adelante para la igualdad. Así lo cree la eurodiputada conservadora francesa Marielle de Sarnez. Pero, como ella reconoce, quedará aún mucho por hacer. Porque ese proyecto de Carta Magna proclama la igualdad de retribución, pero las trabajadoras europeas cobran todavía un 16% menos que los hombres, y recuerda también que la UE apoyará la igualdad de oportunidades en el mercado laboral, pero el paro femenino sigue estando dos puntos por delante del masculino y ellas siguen ocupando la mayoría de los puestos a tiempo parcial.

"La democracia paritaria es un principio ya indiscutido en la UE", según la eurodiputada socialista Elena Valenciano, pero lo cierto es que Europa no sólo está lejos de aplicarla, sino que se vaticina un retroceso en este terreno. A finales del pasado año, la Eurocámara pedía en un informe cuotas y campañas para evitar la pérdida de escaños femeninos en las elecciones debido a la ampliación. El eco ha sido escaso, por no decir nulo, y el Parlamento podría reducir ese 31% de mujeres que ahora exhibe.

Valenciano opina que el gran reto de la próxima legislatura será avanzar en la lucha contra la violencia doméstica, legislar contra ella y lograr de una vez estadísticas comparables, una tarea que la presidencia española de la UE prometió a principios de 2002 y que está por hacer. Los sondeos indican que una de cada cinco europeas ha sufrido violencia doméstica.